Transformando la vergüenza

Cualquier receptor de un regalo se avergüenza al recibirlo debido a la disparidad de forma respecto a la Raíz, ya que ésta no tiene esa forma de recepción.

Para corregir esto, Él creó este mundo donde el alma viene y viste un cuerpo. A través del compromiso con la Torá y las Mitzvot (mandamientos) con el fin de traer satisfacción a su Creador, las vasijas de recepción del alma se invierten en vasijas de otorgamiento (Baal HaSulam, El Estudio de las Diez Sefirot, Parte 1, «Observación interna», Capítulo 4, Punto 20).

Con la ayuda del mecanismo de la Torá y las Mitzvot (mandamientos), evocamos la Luz sobre nosotros mismos, y cambia nuestras intenciones de recepción a otorgamiento. Esto nos acerca al Creador, y entonces la vergüenza desaparece.

Pregunta:

 ¿Por qué?

Respuesta:

Si nos asemejamos a Él, ¿De dónde vendría la vergüenza?

Pregunta:

Sin embargo, el Creador sigue siendo el dador y nosotros somos los receptores. ¿Por qué desaparece la vergüenza?

Respuesta

Si transformas el deseo de recibir en recibir para otorgar, entonces te conviertes en un dador, y no tienes ningún sentimiento de vergüenza. Al contrario, experimentas un sentimiento de orgullo.

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