Una pantalla en el cosmos negro del deseo

Estamos dentro de un océano de Luz, todo lo que necesitamos es un Kli (vasija o instrumento) con el fin de revelarlo. Es como el espacio cósmico que nos parece absolutamente oscuro. Entro en el espacio exterior y no hay nada tapándome el sol. Entonces, ¿por qué no siento la luz, porque veo todo a mí alrededor como si fuera negro?

  Es porque la luz no tiene nada con que chocar, no llega a través de alguna barrera. Tiene que haber algo que esté contra ella, entonces la siento. Si pones una barrera a tu lado en el espacio exterior, entonces, la luz chocará con ella y ¡de repente verás que está ahí

Si quitas la barrera, entonces ya no habrá ninguna luz. Eso es porque la luz no se siente en modo alguno por sí misma, ¡ni siquiera la luz material! Si no fuera por la atmósfera alrededor de la tierra con todas sus partículas de aire, no veríamos la luz. Estaríamos rodeados por la oscuridad como la luna porque no habría nada que detuviera los fotones, las partículas de la luz.

 Por lo tanto, la única cosa que necesitamos es un Kli para revelar la Luz. En primer lugar, debe ser opuesto a la luz, lo que significa que tiene que haber un deseo de recibir porque la naturaleza de la Luz es el deseo de otorgar. Además de eso, debe igualarse con la Luz de acuerdo al tipo de acción, tiene que ser “con el propósito de otorgar».

 Cuando nuestro deseo de recibir adquiere la intención «del otorgamiento,» se convertirá en una vasija para revelar la Luz Superior.

(27562 – De la tercera parte de la Lección Diaria de Cabalá del 24 de noviembre 2010, Beit Shaar HaKavanot.)

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