Profetas, Joshua, 8:1; 8:17-8:19: Y el Señor habló a Joshua, no temas y no desmayes. Toma contigo a toda la gente de guerra y levántate, ve hacia Hai. Observa, te entrego en tu mano al rey de Hai y a su pueblo y su ciudad y su tierra.
Y no quedó hombre en Hai ni en Beth-el, que no saliera tras Israel y dejaron la ciudad abierta y siguieron a Israel.
Y el Señor dijo a Joshua, levanta la lanza que está en tu mano, hacia Hai; porque la pondré en tu mano. Y Joshua, levantó la lanza que estaba en su mano en dirección a la ciudad.
Y los de la emboscada se levantaron rápidamente de su lugar y corrieron en cuanto él levantó su mano y entraron a la ciudad y la tomaron y se apresuraron a prenderle fuego a la ciudad.
El hombre alza su mano para sobreponerse a su ego y así traer el egoísmo general —llamado pueblo, ciudad, bajo su control. La mano elevada es como la vara que alzó Moisés.
Pregunta: ¿Quiere decir que cuanto sostiene la lanza, la gente tendrá la fuerza para conquistar la ciudad?
Respuesta: No, no se trata de gente. La Torá se refiere al individuo e indica cómo debería comportarse en tales y cuales circunstancias. Da ejemplos de cómo sobreponerse al egoísmo, cómo conquistarlo. La Torá no habla de nada más.
La medida y destrucción de la ciudad, significan la destrucción del deseo egoísta en el hombre. Esas ciudades y países existen dentro de cada uno. Todo el universo está dentro de él.
Pregunta: ¿Por qué dice que debería levantar la mano con una lanza y sostenerla?
Respuesta: Para que bajo ninguna circunstancia olvides esta acción particular ni la oportunidad de conquistar la propiedad egoísta dentro de tí mismo.
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De Kabtv “Secretos del Libro eterno” 19/jul/21
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