¡Cuéntenos acerca de la espiritualidad!

Pregunta: ¿A qué se parece el otorgar?

Respuesta: No podemos hacer preguntas acerca de las sensaciones, ya que si yo siento algo, lo siento. Y lo que quiera que no sienta, todavía no soy capaz de sentirlo. Es por esto que no hay una respuesta para la pregunta: «¿Qué se siente al sentir algo que yo no siento?»

En nuestro mundo podemos hacer esta pregunta con esperanzas de recibir un indicio de algo similar, que ya nos es familiar. Pero no tiene sentido preguntar acerca de una sensación que nunca he tenido de ninguna forma o manera y que no tiene nada que le parezca. ¿Con qué puedo compararlo, hacia qué me dirijo? Hacia nada.

Yo le hice a Rabash, mi maestro, esta pregunta. Él dijo lo siguiente: «El primer grado espiritual es la Luz en vez de una pequeña chispa que creó todo este mundo, todo lo que existe en él, todo el placer que llena toda la materia del inanimado, vegetativo y animado de la naturaleza sobre todo el tiempo de la existencia de la realidad, por sobre el curso de todas las generaciones».

Se puede decir de una forma más simple. Existen siete billones de personas en el mundo. Todo su placer junto, es una pequeña chispa en comparación con la Luz que alcanzas en el primer grado espiritual.

Pero esta es la cualidad del sabio, no la cantidad del sabio. Tú percibes la eternidad y la perfección en este alcance, y sólo entonces eres capaz de valorarlas. Y todo esto ocurre de acuerdo con los deseos que has preparado.

Pregunta: ¿Cómo puedes recibir toda esta Luz sin «explotar»?

Respuesta: Tú no «explotas» porque preparas el deseo con antelación. El deseo debe preceder a la Luz. Esta es una pregunta apropiada. Si ahora trato de consumir toda esta enorme Luz, en realidad tendrías «recoger mis pedazos de la pared», como si hubiera una explosión atómica. Pero así es cuando recibimos dentro de los deseos egoístas que absorben todo dentro sí mismos.

Pero cuando salgo de mi ego hacia adentro de los deseos del otorgamiento, adquiero una vasija ilimitada, y la Luz solamente pasa por mí hacia los otros. Yo lleno los deseos de los otros según la medida en la que los conecto a mí, y la Luz pasa a través de mí sin detenerse. Es por esto que disfruto, y no tengo ningún problema con esto. Después de todo, yo no detengo a la Luz, esta pasa a través de mí y continúa. La Luz incluso no puede detenerse por un momento; en el momento en que esta se detenga, desaparece.

Es por eso que el método de la recepción de la Luz es llamado «la sabiduría de la Cabalá», una ciencia acerca de la recepción. Es así porque sólo puedes recibir la Luz bajo la condición de que la transfieras a los otros. Entonces no estás limitado y permaneces eterno y perfecto.

Por consiguiente, es imposible recibir la Luz de forma egoísta. Cuando te acercas a esta egoístamente, sientes incluso una mayor oscuridad.

(54836 – De la lección de preparación, Convención de Cabalá en Toronto del 9/16/2011)

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