Aferrándote al Creador sin disolverte en Él

El Creador es una ley universal y la ley más general de la naturaleza. Él es llamado «El bien que hace el bien».

La ley de la naturaleza está compuesta de numerosas partes: niveles inanimado, vegetativo, animado, y hablante. En general, todo se trata de los deseos de recibir, los cuales el Creador se esfuerza por satisfacer. Él quiere que ellos se sientan absolutamente lo mejor posible.

¿Qué puede satisfacerlos? Nada menos que el estado en que está el Creador mismo. Nada menos que eso puede ser considerado «El bien que hace el bien», ya que eso significa que algo hace falta.

Entonces, la meta de la creación no es «fusionarse» o disolverse en el Creador. Al contrario: La creación tiene que preservar esta identidad y al mismo tiempo volverse similar al Creador.

La benevolencia definitiva que la creación puede obtener es sentir: «¡Grandioso! Me diste lo mejor que podías; ahora, no cedo ante Ti en nada, no en la forma, en cómo me expreso, en el modo de funcionar, ni en los estados por los que paso». Este es el estado que se supone que debemos alcanzar.

Es posible que la creación perciba la perfección, sólo si sigue siendo la creación, es decir algo que es opuesto al Creador. Al mismo tiempo, la creación debe volverse similar a Él sin renunciar a su «autonomía».

Para eso, la creación tiene que experimentar un estado que es opuesto al Creador; tiene que aferrarse a este estado, es decir retener internamente la inclinación malvada, mantener deseos contrarios, y construir una actitud benevolente hacia ellos. Sólo si la creación se las arregla para «mantener» ambos polos, permanece como la creación; pero al mismo tiempo, se vuelve similar al Creador.

El proceso tiene que implementarse en el grupo, es decir, en una pequeña parte de los deseos que pertenecen al nivel hablante, el cual es llamado «Israel«. Es el grupo el que necesita iniciar el proceso, revisar los defectos, y hacer correcciones. Tras completar este trabajo, el grupo tiene que transferir los resultados de su trabajo a la humanidad, en su turno, al corregirse a sí misma, el nivel humano eventualmente modificará los niveles animado, vegetativo, y animado. Esta es la secuencia que siguen los eventos.

(90828 – De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 21 de Octubre del 2012, «Matan Torá» (La entrega de la Torá)

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