Aprendiendo el lenguaje del Creador

Todo se origina desde la Fuerza Superior. Estas confusiones sobre el «Yo» y «el mundo» están conducidas por una sola fuerza, que es: «No hay nadie más aparte de Él», y todo sucede con el objetivo de que me acerque a la revelación de dicha fuerza.

La frase «No hay nadie más aparte de Él» nos advierte de que todo lo que nos pasa está causado por una sola fuerza. Cada una de las cosas que nos suceden, independientemente de si son buenas o malas, están dando «vueltas» alrededor de nosotros para que podamos empezar a desvelar esta fuerza.

El bien y el mal son conceptos relativos. Es posible que, a veces, el Creador nos aleje de Él mismo a través de los éxitos y nos acerque a Él por medio de las aflicciones. Sin embargo, si reconocemos que todo viene de Él, entonces cualquier cosa en esta vida se convierte en un método de conectar con Él.

Existo yo y el mundo que me rodea, el cual es, de hecho, una manifestación de la actitud del Creador hacia mí. Tengo que revelarle a través de este mundo e iniciar un diálogo con Él; sin embargo, antes de que pueda empezar a entenderle, continúa influyendo sobre mí desde el “exterior”. Él habla conmigo a través del lenguaje del otorgamiento pero todavía estoy «dentro», es decir, hasta el momento sólo puedo hablar el idioma de la recepción.

Estoy atado dentro de mi ego. A pesar de que el mundo que me rodea representa la Luz, no soy consciente de ello y sigo yendo por el mundo en la forma en que mi egoísmo me lleva. Si me las arreglara para cambiarme a mí mismo, me daría cuenta de que este mundo es el Mundo del Infinito. Todo depende del observador (véase el artículo de Baal HaSulam, «Ocultamiento y Revelación del Rostro del Creador»).

Veo el mundo que me rodea como terrible porque yo soy terrible pero si me transformo veré que es perfecto y eterno. Muchos Cabalistas que lograron la corrección de su percepción, al transformar sus cualidades de recepción por las de otorgamiento, nos hablan acerca de esto.

No puedo tratar adecuadamente este mundo, en la forma en que aparece ante mí, porque lo estoy viendo a través de mis propiedades falsas pero, puedo cambiar dichas propiedades, logrando otorgamiento más allá de mi ego. Entonces, veré todo de una manera diferente. El mundo aparecerá ante mí totalmente distinto, gracias a las nuevas propiedades que he obtenido.

Esto se llama “una nueva percepción de la realidad”. El mundo no es un cuadro permanente; todo depende del observador. Se dice que cada uno evalúa el mundo en la medida de sus propios defectos. Este mundo sirve, simplemente, como un «envoltorio» alrededor del mundo real, a pesar de que es todo lo que puedo sentir en este momento. Más tarde, descubriré que es un espacio lleno de otorgamiento y amor, y lo veré tan claro como ahora veo mi actual «realidad».

Todo lo que tengo que hacer es cambiar mis propiedades de recibir por las de otorgar. De esta forma, podré percibir el «próximo mundo» pero, ¿cómo puedo hacerlo? Para ese fin, contamos con el maestro, el grupo y los libros.

(21762 – De la segunda parte de la lección diaria de Cabalá  del 22 de septiembre 2010 sobre Baal HaSulam, Carta 51.)

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