Atravesando la pregunta para la cual no hay respuesta

Pregunta: ¿Por qué se nos dieron las Mitzvot, es decir, los mandamientos, si todo lo que tenemos que cumplir va de acuerdo con nuestro deseo y con nuestro libre albedrío?

Respuesta: De hecho, la persona acepta una Mitzvá como un mandamiento. Después de todo, el deseo también nos «manda» a que nos comportemos de una manera determinada y a que cumplamos los mandamientos de los deseos.

Si me dirijo a alguien para que haga algo, él puede hacerlo por temor, por una recompensa en este mundo, por una recompensa en el mundo por venir, o porque se le ordena hacerlo. Así que una Mitzvá es un mandamiento que no se cumple por temor ni por una recompensa.

Si le temo a alguien o espero obtener una recompensa, yo cumplo un tipo de contrato y no una Mitzvá. Tengo la oportunidad de perder o ganar, según el deseo del anfitrión que me priva de mi libre albedrío y establece condiciones difíciles: «Haz eso y entonces ganarás algo, haz algo más y perderás». Yo veo que no hay una tercera vía y que no hay salida. Tal vez pude haber sido criado de esta manera o éstas son las circunstancias.

Por otro lado, una Mitzvá simboliza el hecho de que soy totalmente libre. El Creador está completamente oculto de mí, yo puedo hacer lo que quiera, pero sigo buscando una forma de realizar y cumplir su deseo. ¿Por qué? No hay una respuesta a esa pregunta.

Así que ve y busca una respuesta. El temor ya es coerción, es soborno, tú te vuelves adicto, y eso significa que no hay espiritualidad aquí. Así que ¿por qué debería yo observar la Mitzvá? No hay ninguna razón para hacerlo. Sólo un loco o un niño pequeño pueden actuar sin ningún tipo de recompensa, sin querer evitar el mal o alcanzar el bien, así que ¿qué podemos hacer? Yo busco el poder para hacerlo, puesto que yo soy una máquina que necesita ser alimentada. Busco combustible sin tener que responder a la pregunta «¿por qué?»

Cuando la persona realmente alcanza el estado de fe por encima de la razón, no hay ninguna razón para que se observe la Mitzvá. Se nos dice: «La tierra está colgando de un hilo». La persona sólo busca combustible, y esto es lo único que busca y exige.

Luego incluso ella misma se oculta para que no se le muestre el temor o la recompensa. Esto significa que la persona se «restringe» a sí misma, no desea ver al Creador y se escapa de cualquier cosa que pueda interponerse en el camino de su libre albedrío, de la fe por encima de la razón.

Aquí hemos llegado a un punto para el que no hay ningún cálculo en el mundo y el cual no hay manera de medir. Esto se debe a que nosotros usamos nuestros deseos de elegir lo que nos asegure un mayor beneficio.

Nuestro libre albedrío comienza a partir de este punto central. A partir de este momento yo me enfrento a la pregunta: «¿Por qué hacerlo?» Aquellos que están tratando de empujarse a sí mismos a través de esta pregunta, alcanzan las condiciones espirituales que están por encima de esta pregunta.

No hay ninguna razón para observar las Mitzvot en nuestro mundo. Es inútil desde el punto de vista de nuestros deseos y valores.
(92177)
De la 4º parte de la Lección diaria de Cabalá del 4 de Noviembre del 2012, «Matan Torá» (La entrega de la Torá)

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