Hoy en día no me gusta la vida que veo ante mis ojos. ¿Qué puede cambiar esta impresión?
Comentario: La Luz.
Respuesta: Pero si la Luz me llena, entonces la sensación agradable ocultará todos los demás problemas, «¿Por qué debería preocuparme por ellos? Que arda el mundo entero. Sí, está sufriendo. Sí, está en agonía; no importa; ¿y qué?»
De hecho, yo soy indiferente y no veo la conexión entre el sufrimiento del mundo y mi propio estado. Si estoy bien, entonces el Creador es bueno y hace el bien ante mis ojos. En cuanto al dolor de los demás, su significado depende de cuánto sea soy capaz de sentir al mundo.
Por ejemplo, si mis enemigos sufren, entonces el Creador es la cima de la perfección para mí. En otras palabras, yo evalúo Su bondad no por las sensaciones de ellos, sino por las mías. Entonces, resulta que los problemas de mis enemigos me deleitan, «¡estas les sientan bien! ¡Que tengan un poco más!» Este es mi criterio del bien del Creador, no es el absoluto, sino el que pasa a través de mis sensaciones creadas por la imagen que aparece en mí.
Pero ¿por qué la persona promedio sufre al ver el dolor de los demás?
Comentario: Porque tiene miedo de que el dolor de ellos se extienda a él.
Respuesta: Es cierto. Él teme por sí mismo.
Si yo no tuviera un deseo egoísta, entonces no sentiría compasión por los demás, porque yo no le temería un destino similar. Así, el deseo egoísta me ayuda a compartir el dolor de los demás; éste actúa en contra de su propia naturaleza. No tengo nada que ver con ellos, pero sus desgracias amenazan con afectarme, entonces siento pena por ellos.
Por otro lado, está claro que si me deshago de mi relación con ellos, si me elevo por encima de la humanidad, entonces seré indiferente a su sufrimiento. «Al final, el Creador es mi padre, entonces dejen que me eleve hacia Él. Allí, estaremos juntos con Él, y ¿por qué debería preocuparme por los demás?» Después de perder el deseo egoísta, habré perdido la amenaza de un posible sufrimiento.
Por lo tanto, es posible llegar a un acuerdo con el Creador, «yo realizo todos Tus mandamientos, todo lo que Tú dices, y estaremos constantemente conectados». En este caso, el sufrimiento del mundo no me tocará en absoluto.
Resulta que cuanto más fuerte sean mi deseo y mi relación con el Creador, más alejado del mundo estoy. Yo no siento lo que le sucede a las personas. Ellos sufren, y yo soy como una piedra, indiferente, eso es todo.
¿Qué puede hacerse, si por el contrario, siento empatía con el sufrimiento de los demás? Para ello necesito sentirme alejado del Creador, separado de Él, y al igual que los demás, dependiendo de diversas circunstancias sobre las que no tengo control.
Es por eso que nos sumergimos en la crisis, que sentimos nuestra dependencia de una fuerza desconocida. Hay una salida de la religión por la misma razón. De lo contrario, la persona no puede sentir compasión por los demás, no se siente dependiente de ellos. La actitud egoísta hacia el Creador que no pasó a través del amor por los demás como a uno mismo, no está dirigida hacia el amor por los seres creados hacia el amor por Él, esto es lo que mantiene la confianza en mí de que todo está bien, que estoy haciéndolo todo correctamente y los demás no son de mi incumbencia.
Si pierdo mi sensación de conexión con el Creador, entonces soy cada vez más dependiente de los demás, me veo obligado a establecer una conexión con ellos, y a través de ellos a establecer una conexión con Él. En realidad todos estamos en peligro y experimentamos amenazas vengan de donde provengan, ya sea del entorno, del sistema financiero, o defectos espirituales. La persona descubre la inestabilidad de su estado actual, de su relación, pero no su dependencia personal del Creador, su carencia de todo el colectivo.
Por eso, el actual estado de cosas nos anima a ser corregidos.
(119208 – De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 28 de Octubre del 2013, Escritos de Baal HaSulam)
Material Relacionado:
El poder de la luz nos ayuda a vencer nuestro deseo egoísta
Sintamos el sufrimiento del mundo entero
Trabajando independientemente con nuestros deseos