De la grandeza del ego a la grandeza de la fe

Dr. Michael LaitmanBaal HaSulam, Shamati, artículo 96, «Qué significa el deshecho del granero y de la bodega en el trabajo espiritual»: La base sobre la cual Él estableció la forma de trabajar estaba en el punto más bajo posible; y todo esto fue «por encima de la razón». Sólo un verdadero necio puede ser tan bajo como para proceder (a trabajar) sin asistencia de ningún tipo y sin ninguna base sobre la cual establecer su fe.

Además, acepta esta tarea con gran alegría, como si tuviera un conocimiento y una visión reales sobre los cuales establecer la certeza de la fe. Y en esa medida exacta por encima de la razón, como si lo hubiera adquirido a través de la razón. Por lo tanto, si persiste en este camino, no caerá jamás. Por el contrario, podrá regocijarse siempre de saber que está sirviendo a un gran Rey.

Nosotros tenemos que descender de la altura de nuestro ego, de nuestra confianza en que lo sabemos y lo entendemos todo, de que lo tenemos todo bajo control. Esto debe ser hasta tal punto que lleguemos al reconocimiento de la total desesperanza, del cero absoluto, al 100% de bajeza. En la medida en que fueron grandes nuestros conocimientos previos, en esa medida, vamos ahora en contra de nuestra razón y estamos felices por ello, seguros de que es lo correcto.

                       

No queremos contar con todo lo que provenga de nuestro deseo de recibir. Esto se debe a que todo lo que viene de él, es sin duda una mentira, sin importar qué tan cierto y real parezca.

Por supuesto, es posible descender muy bajo y ascender a la fe sólo por medio de la Luz que Reforma, pero nosotros no tenemos ningún poder para hacer eso puesto que no tenemos nada además de nuestro ego. Sólo podemos comprobarnos a nosotros mismos por medio de la alegría que sentimos cuando retornamos a los mismos problemas, a los mismos errores, entendiendo cada vez mejor hasta qué punto tenemos que estar en un estado de bajeza.

Todo esto tiene que ser en fe por encima de la razón: la medida en que soy capaz ignorar mi mente. Yo acepto mi mente, pero sólo con el fin de trabajar por encima de ella y avanzar en consecuencia. Es imposible adquirir los atributos de otorgamiento sin pasar por el punto cero de auto humillación.

Este es el mismo punto que es llamado embrión (Ibur), concepción. Este nivel aparece constantemente ante nosotros cada vez, con nuevas condiciones y nueva profundidad del deseo (Aviut). Nosotros descendemos a «cero», y tenemos que justificar nuestro pasado, lo cual es llamado otorgar con el fin de otorgar, y luego justificar el pasado por los demás, llamado recibir con el fin de otorgar. Esto significa que nosotros primero corregimos los errores, y luego convertimos los errores en méritos.

Pero cuando los convertimos en méritos, nosotros los traemos a la bajeza, puesto que sólo el Creador es quien lo hace y lo determina todo. Así que la estructura que construimos está basada en este punto de pequeñez, en el estado del embrión que crece cada vez más y se anula a sí mismo.

(106427 )
De la preparación para la lección diaria de Cabalá del 5/1/13

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