Derrocando al tonto viejo Rey

Dr.Michael LaitmanPregunta: ¿Qué hay de malo en nuestras acciones de otorgamiento que se convierten en acciones para nosotros mismos?

Respuesta: No hay nada malo por parte de la persona, sino sólo en la parte del Creador. El Creador ordena para nosotros el estado en el que aparentemente podemos otorgar: Llevamos a cabo acciones y pensamos que otorgamos, pero luego descubrimos que se trataba de una acción egoísta con el fin de recibir.

Yo quería otorgar con todo mi corazón y al mismo tiempo no entendía que actuaba de manera egoísta, a fin de recibir, ¿por qué mi demanda no se considera de acuerdo a mis intenciones? Esto se hace a propósito para que la persona crezca. Tengo que demostrar que mi ego sigue creciendo.

Si veo que hice algo para mí, esto quiere decir que ya he ascendido a un nivel superior y que desde allí veo mi acción anterior y determino que tenía la finalidad de recibir. La determinación de este hecho ya es una señal de progreso.

El Creador sigue elevando al Faraón en mí y me da el poder para lidiar con él. Es una especie de juego que termina cuando yo tomo la decisión correcta y estoy listo para el cambio en cuanto a que en vez de que Faraón me llene a mí, el Creador debe llenarme totalmente, sin dejarme forma de volver a mi antiguo yo.

Esto significa que yo atravieso 49 puertas de la impureza, descubro que estoy totalmente sumergido en mi ego, y quiero que su control sea sustituido por el control del Creador. Nosotros estamos esclavizados; somos solo un deseo de recibir que sabe únicamente una cosa: que lo están haciendo funcionar.

Esto es lo que tenemos que entender. Hoy en día, la humanidad debe entender a través del sufrimiento que estamos bajo el dominio de la naturaleza y no por encima de la naturaleza; es decir, que somos operados por ella. Sólo podemos elegir bajo qué dominio queremos estar. En primer lugar, amamos nuestro deseo de recibir y queremos estar en él. Lo hacemos todo para él y no lo diferenciamos. Es la cosa más preciada para nosotros.

El problema es que yo no lo diferencio de mí. Trato de separarlo y de verme a mí mismo desde un costado, como si fuera operado por una fuerza ajena; yo subo las escaleras de la comprensión de la impureza y paso por las 49 puertas de impureza. Eso es lo más importante.

La Luz de AB -SAG que viene de lo Alto realiza la diferenciación al mostrarme que yo no soy un deseo de recibir. A pesar de que este deseo está en mí y controla mi mente y corazón, yo quiero aislarme de él, a separarme de él. Por lo tanto, aclaro que atravieso las 49 puertas de impureza hasta que sienta la necesidad de sustituir un dominio por el otro.

Quiero ser gobernado, pero no por el dominio egoísta que me dio el Creador desde el nacimiento, por el «tonto viejo rey». Si quiero ser gobernado por el Creador, yo tengo que atraerlo a Él hacia mí por la fuerza, traerlo hacia mí para que Él me domine. Entonces espero otra lucha con respecto a la adquisición de los atributos de recepción con el fin de otorgar.
(131529)
De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 4/1/14, Escritos de Rabash

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