El amigo y el vacío

Dr. Michael laitmanRabash, «Shlavei Sulam», 1985/86 artículo 21: «Por encima de la razón»: la envidia que él siente hacia los amigos cuando ve que ellos tienen mejores cualidades que las suyas, lo motiva a adquirir sus buenas cualidades, las cuales no tiene y de las cuales está celoso.

Así, a través de la sociedad, él gana nuevas cualidades que adopta al ver que ellos están en un grado superior al suyo, y él siente envidia de ellos. Esta es la razón por la cual ahora puede ser mayor que cuando no tenía una sociedad, dado que adquiere nuevos poderes a través de la sociedad.

Envidio a mis amigos en el buen sentido. Yo no quiero que sean peores que yo; quiero elevarme yo mismo a su grado. Y para hacer esto, tengo que integrarme dentro de ellos.

Yo no compito con ellos en los estudios con base en la envidia. Nosotros estamos hablando del atributo de otorgamiento, de acercarse al Creador, y es por eso que tengo que aprender de los amigos cómo volverme más dador. No podré arreglármelas sin estar integrado en ellos.

Por lo tanto, la envidia espiritual es opuesta a la material. La envidia material coloca a la persona en la lista «negra», la lista de aquellos sin los cuales mi vida habría sido más tranquila, pero la envidia espiritual me estimula a unirme a ellos a pesar de mi naturaleza, de mi deseo. Yo necesito «abrazarlos» internamente, para que ellos me ayuden a elevarme al mismo grado. Así, la envidia espiritual despierta un mayor esfuerzo interno debido al cual yo rompo mi egoísmo y lo convierto en una «palanca» para el avance.

Resulta que la envidia en un grupo es una gran fuerza que viene del amigo a quien yo envidio; esta fuerza me ayuda a elevarme por encima de mi egoísmo y me conecta con el amigo.

Pero aparte de eso, también necesito el poder del grupo que me ayuda a convertir el potencial destructivo de la envidia, en potencial creativo.

Después de todo, al principio, mi envidia del amigo es tan terrible que es similar al odio. Él causa en mí una sensación negativa, mala, porque siento que él es más elevado que yo. Por lo tanto, revela un nuevo «hueco», un vacío, una carencia, una necesidad de algo dentro de mi deseo. Y como resultado, yo lo envidio; lo odio porque es mejor; él tiene una adición que yo no tengo.

Dr. Michael Laitman

Así, el amigo forma un deseo en mí y me empuja a avanzar sólo si uso correctamente mi nueva necesidad. ¿Cómo puedo convertiesto en otorgamiento, en el llenado correcto, en lo mismo que él tiene?

En primer lugar, necesitamos un poco de cercanía, algún tipo de relación, unidad. De lo contrario, no seré capaz de ver nada en él, y no tendré nada que envidiar. Es por eso que nos llamamos amigos, porque estamos unidos.

Además de eso, tengo que reconocer en él esa adición que me falta a mí. Dentro de mí se forma una necesidad fuerte, y yo la atesoro. Es muy importante no borrar su adición y mi nuevo deseo contra el trasfondo interno de la percepción, por el contrario, es necesario empezar a trabajar sobre éste, para que se convierta en lo mismo que tiene mi amigo.

De esta manera, todo esto se hace a través de la opinión del grupo. Ustedes no se las arreglarán sin él; tampoco se las arreglarán sin un amigo. Ambos factores me afectan y desempeñan un papel crucial en el avance.

Por regla general, yo siento envidia de los amigos individuales, no del grupo en su conjunto, puesto que este es «borroso» ante mi percepción y no está dirigido precisamente contra mi egoísmo, de tal manera que yo pueda aspirar a una propiedad en particular.

Bueno, a continuación, yo hago las acciones posibles, y entonces la Luz, el Creador, completa lo que yo he comenzado… La Luz siempre «finaliza» nuestros esfuerzos.

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