El hilo conductor de las convenciones

En la primavera celebraremos una convención en Estados Unidos, y tenemos que aspirar a que su nivel no sea inferior al de la convención internacional de Tel Aviv, que acaba de tener lugar. Espero que su nivel sea aún mayor. Todos los países tienen que adherirse a esta convención para que sintamos que estamos juntos.

Incluso si no todos son capaces de ir a los Estados Unidos para asistir a esta convención y aun si esta tuviese muchos menos asistentes, en virtud de nuestra unión y de la preparación, trataremos de alcanzar un estado aún más alto. Tenemos que trabajar duro para llegar allí.

La persona tiene que ver que de un día para el otro, ella se beneficia cada vez más en relación con la conexión que hemos alcanzado. El punto de adhesión, el punto de unidad que hemos alcanzado ahora debe expandirse de forma similar a una gota de semen dentro del útero que comienza a desarrollarse y a formar el feto, el futuro embrión. Con cada día que pasa, este se desarrolla más y más. Así es como debemos vernos a nosotros mismos.

Un embrión crece en virtud de la «carne», es decir de los deseos, pensamientos, dudas y problemas que deliberadamente acuden a nosotros en todo momento, de acuerdo con el programa de la creación. Sin embargo, subimos por encima de todos estos problemas que se nos revelan y los adjuntamos todos a un punto de unidad. Así es como formamos el cuerpo del embrión.

Este ya es el cuerpo de nuestra alma. Sólo tenemos que añadir más carne y más que eso. Ahora estamos empezando a prepararnos para la convención de primavera en los Estados Unidos, donde de nuevo pasaremos unos días juntos. No importa quienes sean capaces de asistir físicamente y quienes se unan virtualmente. Trabajemos a lo largo de los próximos meses para llegar a esta convención internamente unidos.

Veremos hasta qué punto este mundo pierde su importancia, su fuerza de voluntad y poder. Y por el contrario, la fuerza de nuestra unidad será ilimitada y no habrá límites capaces de separarme de los amigos. Así alcanzaremos una unidad cada vez más grande.

Pero esto sucederá con la condición de que trabajemos en esto constantemente, día a día, haciendo de este nuestro objetivo, que nuestro estado siguiente, al cual la convención americana nos llevará, sea una unidad muy potente. Así colocaremos los objetivos actuales delante de nosotros mismos, como etapas en el camino, y trabajaremos en ellos.

(62839 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 12/11/11, Escritos de Rabash)

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