El lado opuesto de la competencia sin restricciones

Dr. Michael LaitmanOpinión (Jag Bhalla, empresario y escritor): «La competencia crea eficiencia», lo cual se predica como si fuera una ley de la naturaleza. Pero la naturaleza en sí nos enseña una lección distinta. La competencia biológica puede crear costos imprudentes y una perdición colectiva.  La «porción de Darwin» muestra el por qué y nos recuerda el punto del ser humano. Nuestras competencias, y la lógica miope del libre mercado, no necesitan ser tontas como los árboles».

«Robert Frank acuñó la «porción de Darwin» para describir situaciones en la que los estímulos individuales divergen de las metas colectivas (a veces incluso arriesgan la perdición colectiva). La porción de Darwin se aplica a toda una clase de problemas dentro de los que supuestamente se agregan decisiones localmente racionales de mala manera (miren la falacia del mercado de composición). Esto incluye la tragedia de los comunes, juegos del dilema del prisionero, y el equilibrio de Nash. En estos, usando la lógica de auto maximización miope termina de mala manera para todos y cada uno. Pero al abordar los problemas de acción coordinada, con el seguimiento y la ejecución, los resultados pueden ser guiados para beneficio de todos. Los mercados libres no son adecuados para tal agente de cambio complejo, simultáneo y coordinado».

«Los beneficios de la competencia surgen de las limitaciones que ésta crea. Las restricciones inteligentes, y las respuestas creativas a ellas, pueden trabajar mejor que lo que surge de la competencia «natural» sin sentido. El truco humano no es la auto organización, es la organización del otro. Hemos coordinado el equipo de supervivencia durante 10.000 generaciones. Nuestras elecciones ahora son, o bien dejar que el poder de los mercados sea tonto como árboles, u orientar sus competencias para lograr mejores resultados».

Mi comentario: El mundo está volviéndose interconectado integralmente. Es imposible desarrollar un plan de acuerdo a nuestras habilidades discretas. Es imposible planear todos los servicios de comunicación, la sociedad, la industria, etc., calcularlo todo, y manejar todo como un único organismo. Esta era una meta inalcanzable para los comunistas porque ellos se relacionaron con la sociedad como con un sistema único, ellos lo crearon por medio de métodos forzados de singularidad.

Ahora la comunidad humana está volviéndose integral, no a través de nuestra elección o unificación forzada como en el campo socialista, sino como resultado de nuestro desarrollo natural. La solución al problema de la sociedad interconectada podría ser sólo llevarla hacia una forma integral predeterminada.

Primero, debemos darnos cuenta de que no somos libres: estamos en un sistema de control superior de la naturaleza. En este desarrollo, la humanidad avanza a lo largo del camino del desarrollo inconsciente, como un niño. Esta fase termina en nuestro tiempo. La fase de desarrollo humano consciente terminó en nuestro tiempo. Ya que el final del siglo XX ha llegado a la etapa donde tenemos que estudiar la ley de la naturaleza y seguirla. La naturaleza se manifestó como un sistema integral global y requiere que nosotros, el ser humano, nos armonicemos con ella.

Podemos cumplir con esta condición sólo si reeducamos a las personas por medio de un cambio en nuestras relaciones egoístas que las lleven a ser altruistas.

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