El llanto del alma de un maestro

Pregunta: Una maestra, que siempre consideró la enseñanza como su vocación, ama mucho su trabajo y ama a sus niños, le escribe: 

“He enseñado por 20 años. Vi su video donde dice que la escuela destruye la individualidad del niño y que se enseñan cosas equivocadas. Fui entrenada para enseñar matemáticas y estoy enseñando. Usted dice: ‘El problema es con los maestros ¿no hay ningún problema con los niños?” 

Respuesta: El asunto, por supuesto, no está en las matemáticas. sino en la actitud general de un niño hacia otro, del niño hacia el maestro

Es natural que los niños tengan quejas contra sus mayores. Creen que todos les deben algo y que ellos, como niños, merecen atención y trato especial. Y en realidad es así por una parte. Por otra parte, no educamos a los niños. 

Comentario: Pero esta maestra educa. Ella escribe que invierte en ellos. 

Mi respuesta: Les enseña matemáticas pero no una buena actitud hacia los demás. 

Ese es el problema. Y no tiene nada qué ver con matemáticas ni con ninguna otra materia. Esa debería ser la materia más importante que deben enseñar la escuela. Y no está ahí. No hay esa materia en la escuela, esas clases, esos exámenes, nada. Sólo hay disciplina. 

La escuela no transforma al niño en una persona. Lo convierte en un físico, un matemático, alguien que sabe cómo ajustar tornillos, etc. 

Pregunta: ¿Por eso una respuesta así es tan esencial para ella? ¡Es humillar al maestro frente a la clase! 

Respuesta: El estudiante ni siquiera lo siente ni se siente héroe, una persona abierta, directa. Le parece que lo hizo totalmente bien. 

Comentario: Pero se sentó con él todas las tardes. lo preparó para las olimpiadas. 

Mi respuesta: No importa. Hizo todo porque es maestra. De todas formas no hizo crecer al Hombre en él y eso es lo que obtiene a cambio. 

Ese no es problema de ella. Es problema de la educación y formación. Le damos a los niños cierto tipo de educación, pero no los formamos. Abandonan la escuela, cada día después de la escuela y en general, cuando terminan son bestias

Comentario: Usted dijo algo terrible: “Son bestias” ¿somos culpables de eso? 

Mi respuesta: Por supuesto. Si los padres están siempre ocupados en el trabajo y los niños están en la escuela o en algún lugar haciendo quién sabe qué y nadie sabe cómo, ¿Qué esperas? 

Comentario: En su mayor parte están con sus celulares. 

Mi respuesta: Y eso es lo que obtienen ahí. 

Esto seguirá hasta que la humanidad recobre el sentido y tome el asunto en sus manos, bajo un control más estricto. Porque nadie puede ver y escuchar todo lo que se le da ¡debe ser desarrollado! Y la formación implica una actitud muy seria hacia la vida. Si no sucede, ya vemos hacia dónde va todo. Incluso los científicos ahora miden la existencia de la humanidad en décadas. 

Pregunta: ¿Qué haría en el lugar de esa maestra? Ahora se  enfrenta con esa pregunta: ¿Debe entrar a la clase completamente en silencio? ¡Toda la clase estaba en silencio! 

Respuesta: Es necesario explicarles a todos, que trabajen en sus errores y los errores de los maestros y los estudiantes, para entender dónde está este terrible defecto en la educación. 

Pregunta: ¿Piensa que los maestros, el director y los estudiantes pueden sentarse y hablar de esto? ¿puede suceder una conversación así? 

Respuesta: Pienso que puede ser. Depende de la clase, del curso. 

Comentario: En el nivel intermedio,  por ejemplo. 

Mi respuesta: Puede hacerse. 

Pregunta: ¿Los niños están preparados para tener esa conversación? 

Respuesta: Si no hablan, nada resultará. Todo será en vano. Y por supuesto, será una lástima sus lágrimas y esfuerzos. Me causa simpatía, la entiendo, pero no puede relacionarse con esto de la forma en que lo hizo esas décadas de su trabajo. 

Pregunta: ¿Quiere decir, cuando era respetada como maestra? ¿cuando le decían “gracias”? 

Respuesta: Si. Se respetaba a sí misma. 

Pregunta: Ahora tenemos una generación que te dice cosas terribles en tu cara ¿nosotros la criamos? 

Respuesta: Por supuesto. Lo hicimos. 

Pregunta: O sea, necesitamos sentarnos juntos y hablar ¿qué le diría a los niños si usted fuera maestro? 

Respuesta: Vamos a entender nuestra vida, nuestras relaciones. Bueno, está bien, nosotros ya somos personas mayores, pero ustedes son la nueva generación ¿qué deben ser, para hacer que la vida sea buena, segura, confiable, etc.? ¿qué debemos hacer? ¿cómo podemos educar gente así? 

Necesitamos hablar, necesitamos pensar en eso. Porque nuestra meta principal es formar a una persona, no un matemático ni un físico ni alguna otra cosa. 

Comentario: No será fácil suavizarlos. 

Respuesta: No, no es necesario suavizarlos. Deben tomar conciencia, al menos de cierta forma, de que el mundo hacia el que vamos, es inhumano, cruel y mecánico, muy poco placentero, inadecuado para la existencia. 

Pregunta: ¿Lo entenderán si hablamos con ellos? 

Respuesta: Pienso que sí. 

Pregunta: ¿Pueden esos niños cambiar? 

Respuesta: Si, pero no con una conversación. 

Pregunta: ¿El cambio sucederá con una serie de conversaciones? 

Respuesta: Incluso en varios años ¿cuál es la diferencia? Tenemos que presionar todo el tiempo.
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De Kabtv “Noticias con Dr. Michael Laitman” 5/oct/20.

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