El primer nivel de la eternidad

Dr. Michael LaitmanBaal HaSulam, «La Libertad»: Por lo tanto, ellos fueron liberados ciertamente del ángel de la muerte, porque la muerte es necesariamente una ausencia y negación de la existencia de un determinado objeto. Pero sólo mientras haya una chispa que desea existir por su propio placer es posible decir al respecto que esa chispa no existe porque se ha ausentado y ha muerto.

Sin embargo, si no hay tal chispa en el hombre, sino que todas las chispas de su esencia se invisten en otorgarle contento al Creador de ellos, entonces no están ausentes ni muertos. Porque aun cuando el cuerpo haya sido anulado, sólo está anulado con respecto a la auto gratificación, en la cual el deseo de recibir está investido y sólo puede existir en éste.

Sin embargo, cuando él logra la dirección de la Creación y el Creador recibe placer de él, puesto que Su deseo ha sido cumplido, la esencia del hombre, que se inviste en Su contento, se le concede la eternidad completa, como Él. Así, él ha sido recompensado con la libertad del ángel de la muerte.

El deseo de recibir sólo debe deshacerse de la intención de recibir para sí mismo, pero el deseo mismo nunca se refina ni desaparece, sino que adquiere la intención de, «con el fin de otorgar». Si la persona puede cumplir con esta condición internamente en su nivel mínimo, en el primer grado, si ella quiere que esto suceda, entonces la Luz viene a ella e ilumina sobre ella, y la hace merecedora del primer nivel llamado la reunión ante el Monte Sinaí.

Con el fin de hacer eso, ella debe aceptar todas las condiciones, elevarse por encima de todo el endurecimiento del corazón, de todas las preocupaciones, y de todas las interrupciones que se le enviaron con el fin de atribuir todo al dominio del Creador, y ascender a «no existe nadie además de Él», y decidir que es Él bueno y benevolente, aceptar todo esto en fe por encima de la razón y anular todo lo que le pertenece a ella para aspirar tanto como pueda al Creador.

Si la persona desea desprenderse de todas sus cosas en este mundo, no porque sean desagradables o amenazantes como lo fue durante el tiempo de preparación, sino por el contrario: cuando ella ya puede recibir toda la bondad, pero aun así lo entrega todo y lo atribuye al Creador, entonces la Luz viene y construye en ella el primer nivel de otorgamiento, de Lishma (en su nombre). Esto es llamado la recepción de la Torá puesto que, por primera vez, ella ve cómo la Luz en ésta, reforma.
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De la preparación para la Lección diaria de Cabalá del  21 de Febrero del 2013

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