En las cálidas olas del otorgamiento

Pregunta: Si yo siento que no busco los placeres de la vida, ¿es esto una señal de que me estoy mintiendo a mí mismo?

Respuesta: Tú simplemente no eres consciente de cuanto dependes de la recepción del placer y de que debes tenerlo. No determinas si deseas placer o no. Ahora simplemente estás en un estado hacia el cual no te sientes atraídos por ningún placer.

Pero no digas que esta es tu propia voluntad. Se te dan ciertos sentimientos y cálculos en el momento y en el momento siguiente todo puede ser revertido. Tenemos que aprender de qué estamos hechos para que con el tiempo seamos capaces de entender esto y utilizarlo.

Si mi intención es el otorgamiento, como la intención de la Luz, si puedo conectarme con otros miembros del grupo para lograr el otorgamiento, ya través del grupo alcanzar al Creador, entonces realmente me volveré una vasija espiritual que le otorga a la Luz. En total, no existe nada aparte de la Luz y la vasija. Pero yo seré capaz de otorgarle en su momento a la Luz solo si yo anhelo estar en su longitud de onda.

Si yo simplemente recibo, es una señal de que estoy en esos niveles de desarrollo en los que la Luz me controla plenamente en todos los aspectos. Pero si yo anhelo el otorgamiento aunque sea un poco, entonces ya empiezo a otorgar, no a la Luz misma, sino según la forma en la que yo percibo la Luz. Si puedo estar en un estado de otorgar con el fin de otorgar, es decir, de relacionarme con los demás y con el Creador de esa manera, aunque no participe activamente en Su revelación, estoy en la Luz y no soy un obstáculo para ella de ninguna manera.

Soy una especie de balón material pequeño que está en medio del océano, nadando libremente en el agua, sin flotar y sin hundirme hasta el fondo del mar. Y así, incluso si el material se eleva o se hunde un poco, no es un cuerpo extraño.

Pero ¿es posible que yo pueda usar mi poder que está en mi conexión con los demás con la intención de hacerlo a fin de otorgar?

Pero puede suceder que ya no puedo usar mi poder que está en mi conexión con los demás con la intención de hacerlo a fin de otorgar cuando revelo en mí el odio hacia los demás, un gran deseo de recibir en relación al grupo, que ni siquiera sospeché antes.

Antes yo tenía un deseo egoísta en un nivel bestial que no tenía nada que ver con la espiritualidad. Pero cuando empezamos a conectarnos en el grupo, yo primero me pierdo en él. Esto se llama la transición en el nivel de Bina, de otorgar con el fin de otorgar (Jafetz Jessed).

Cuando empiezo a tomar parte activa en el grupo, descubro el odio hacia él, el mal, mi ego. De hecho, todo esto existe, no hacia el grupo, sino hacia el atributo de otorgamiento en sí, es decir, hacia el Creador. Sólo lo sentía dentro de mí, en mi percepción de que esto lo sentí hacia el grupo. El grupo no existe separado de mí. Esta es mi propia revelación que me muestra mi actitud hacia el Creador.

Sólo me parece a mí que trabajo con respecto al grupo, pero en realidad yo trabajo en relación al Creador. El odio es la línea izquierda que yo puedo superar, y así empiezo a trabajar en la recepción con el fin de otorgar.

Yo no puedo omitir ningún nivel, y tengo que pasar por todas las etapas necesarias. Este es un desarrollo obligatorio. El Creador se oculta, y el grupo está oculto en un primer momento, y sólo existimos mi naturaleza animal y yo hasta que yo me eleve por encima de esta bestia y entienda que se trata del otorgamiento, que es la fuente del placer.

Así yo me elevo para otorgar a fin de recibir y luego gradualmente paso a otorgar con el fin de otorgar, de cero a cien por ciento. Todo depende de mis cálculos.

(71602 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 2 de Febrero del 2012, Shamati # 35)

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