Es libertad de la esclavitud, no desempleo

Necesitamos un cambio muy grande, una verdadera revolución interna, así como una transformación externa, una organización completamente nueva de la sociedad humana. Tendremos que ir a través de él, ya sea de manera forzada, bajo presión y desesperanza, o entendiendo hacia dónde vamos y que no tenemos otra opción, antes que nos veamos obligados a hacerlo.

Después de todo, no estamos tratando con personas desempleadas. Estamos tratando con personas que no tienen necesidad de hacer un trabajo inútil, todos juntos y cada uno de ellos de manera individual. Además de proveer para las necesidades de la vida para las cuales tenemos que proveer por nosotros mismos, todo lo demás debe ser dedicado a la meta de nuestra existencia.

Esta es la pregunta esencial: ¿Para qué vivimos? Ahora este es el centro del escenario. Toda nuestra vida se organizará de acuerdo con esta pregunta principal, y a la que dedicaremos la mayor parte de nuestro tiempo, además de hacer las cosas esenciales para proporcionar lo necesario para nuestra existencia.

En otras palabras, la pregunta no es cómo mantener ocupados a los desempleados. Tenemos que ver al mundo en un estado opuesto. Por lo tanto, nuestro enfoque debe cambiar por completo. Todo el pasado se vendrá abajo. Nosotros debemos empezar a construir un entorno, todas las organizaciones, las estructuras y las relaciones humanas, una manera diferente.

Cuando me encuentro con un amigo, ya no le pregunto dónde trabaja, refiriéndome al patrón al cual pertenece, tales como una empresa de alta tecnología, un banco, un garaje, o cualquier otro lugar donde él pasa el día entero de trabajo . El trabajo de uno ya no será tan importante, este se convertirá en una simple necesidad de atender las necesidades de la sociedad. El hombre dedicará varias horas al día a este y recibirá todo lo que necesita, como todos los demás. Esto a condición de que avance y llene las horas principales de su tiempo en el alcance de una meta que sea digna del hombre.

En cambio, yo podría preguntarle donde estudia, en qué grupo, y en qué nivel. Yo lo trataría como a una persona, no como el esclavo del amo a quien él sirve. En primer lugar, tenemos que desarrollar esta idea, adoptar esta imagen futura, y hacer la transición del estado actual al estado que he esbozado brevemente.

Esto requerirá un cambio muy fuerte en percepción, sensibilidad y actitud. Tenemos que cambiar desde dentro, y esto no será fácil. Tenemos que destruir nuestra anterior forma de pensar y corazón. No puede haber una reforma mayor y más importante que esta para la persona que vive de manera corriente en este mundo, porque esto pertenece a la esencia de la vida.

Esta determina con qué se despierta la persona, con qué se duerme, cómo pasa el día entero, qué hace, cómo lo trata la sociedad, qué debe hacer en relación con cada persona, y cómo desarrollar sistemas de educación y crianza. Todo esto debe cambiar.

Debemos visualizar esta imagen futura y entender los primeros cambios que tenemos que hacer de acuerdo con esta. Incluso si el mundo aun no lo entiende, este es el futuro. Cualquiera que sea los pasos que demos hoy, incluso los primeros, serán en esta dirección.

Es igual que un niño pequeño que no entiende por qué ha aterrizado en una guardería, donde será educado y criado con el propósito de ser enviado a una escuela. De la misma manera, la gente no necesita saber acerca de todos los cambios globales que les esperan hoy. Gradualmente, a medida que den sus primeros pasos y cambien, serán capaces de ver un poco más y de comprender mejor y de aceptar que estos son deseables.

Nuestro objetivo es desarrollar un sistema educativo en el que la persona cambie en dirección a un nuevo estado que debe alcanzar en cualquier caso. Mientras más activo sea en este proceso que se le propone, más suaves y ligeros serán los cambios.

Está claro que no será capaz de cambiar en un momento y convertirse en una persona nueva, pasando de un estado a otro. Esto requiere una revolución interna real y muy difícil. Sin embargo, necesitamos proponer un proceso de desarrollo, en el que la persona pueda cambiar gradualmente en dirección al nuevo mundo, sin tener un comprensión plena de lo que le está sucediendo a lo largo del camino.

Poco a poco, el tiempo que dedicamos al trabajo y a los valores a los que estamos acostumbrados, no serán las únicas cosas que cambien. Durante las horas dedicadas al estudio y a la unidad, la persona comenzará a construirse, a prepararse para el nuevo mundo, para que su mente y corazón se vuelvan «humanos» en vez de la mente y corazón de esclavo que tiene en la actualidad.

(62549- De la charla «Lecciones sobre el Nuevo Mundo» del 12/1/2011)

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