Ruedas dentadas humanas en un mundo tecnológico

Nos hemos involucrado tanto en el juego que ha apoyado la opinión de toda la sociedad, que este nos ha esclavizado por completo. Hemos llegado a un punto donde toda nuestra mente y acercamiento a la vida están conectados con el trabajo. La persona teme retirarse. Se pregunta qué hará desde la mañana hasta la noche con tanto tiempo libre. Ella no está acostumbrada a utiliza arreglárselas libremente y no quiere ser libre.

Incluso cuando llega del trabajo a la casa, sigue trabajando en el mismo computador. Cuando va de vacaciones no quiere desprenderse de su teléfono o del Internet, siempre permanece conectado al mismo sistema, como un esclavo, como una pequeña rueda dentada, una entre muchas otras.

Este estilo, formado en las últimas décadas, ha determinado tal dirección en la vida de la persona que ella es incapaz de sentirse libre. Imagina si la persona estuviera ocupada tres horas al día, haciendo un trabajo esencial para la sociedad, para proporcionar así lo necesario para su existencia. Ella podría pasar el resto de su tiempo descansando y haciendo las cosas que disfruta. Sin embargo, no podemos ni siquiera imaginar que esto pueda ser posible. Estamos tan esclavizados que no podemos ni siquiera imaginar qué otra cosa podíamos hacer en la vida además de trabajar.

Tenemos que experimentar una revolución muy grande, porque la naturaleza está estableciendo nuevas condiciones para nosotros, nos está cambiando tanto a nosotros mismos desde dentro, como al entorno que nos rodea. Esta es la destrucción de nuestro patrón: de esta sociedad en su conjunto, de la enorme sociedad humana que nos ha esclavizado. En su camino, esta nos está obligando a cambiar y a adquirir una nueva visión de la vida.

La vida se volverá completamente diferente. Seremos obligados a desarrollarnos como seres humanos. En vez de diez horas de trabajo (y el resto del tiempo en el que continuabas pensando en él), tendrás que trabajar tres horas y pasar el resto del tiempo haciendo cosas completamente diferentes.

Sin embargo, tú necesitas entender qué hacer. Después de todo, no sólo tomaremos el sol como perezosos animales bien alimentados, que descansan después de haber comido y sin nada que hacer hasta sentirnos hambrientos de nuevo. Tendremos que encontrar las actividades «humanas» que el hombre debe hacer en este mundo.

Además de las tres horas dedicadas al trabajo y de un par de horas dedicadas al trabajo doméstico, el resto del tiempo lo invertiremos haciendo lo más importante que un ser humano debe hacer y que trae llenado al alma. La persona tratará el trabajo y las tareas del hogar sólo como cosas inevitables que deben hacerse en este mundo, pero que sería feliz de no tener que hacer. Durante las siete u ocho horas que ella está libre de su trabajo, tendrá que encontrar una actividad real, digna del hombre, a la cual puede dedicar toda su alma.

(62552- De la charla «Lecciones sobre el Nuevo Mundo» del 12/1/2011)

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