¿Formación o domesticación?

thumbs_laitman_543_02Pregunta: En el proceso de educación integral, surge la sensibilidad de nuestros cinco sentidos. Sin embargo, la persona debe regresar al mundo real donde necesita de cierta protección, ya que continúa tratando con varias situaciones negativas. ¿Cómo podemos enseñarles a las personas a hacerle frente al mundo al que regresan después de que se les hayan dado los estudios integrales?

Respuesta: Después del cuso de estudios integrales, las personas se relacionarán con este mundo en diferentes formas y lo percibirán de forma distinta. Sin embargo, no debemos enseñarles a las personas cómo deben relacionarse exactamente con el mundo a su alrededor. Más bien, debemos cambiar a las personas. Si las personas reconocen los cambios internos, verán este mundo de forma distinta.

En general, nosotros estamos aconsejando mal a nuestro niños cuando les enseñamos a no golpear a alguien, a no pelear, a no maldecir. Esto no es educación. Es similar a la domesticación de los animales. Debemos cambiarlos internamente para que sea imposible que ellos golpeen, maldigan, peleen. Es por esto que necesitamos atravesar una transformación interna y ascender al siguiente nivel, en vez de seguir solamente un sistema de prohibiciones.

Este es el vicio de la educación de hoy en día y de la crianza moderna, que orientan a las personas acerca de cómo deben relacionarse con la vida y el mundo. Todo lo que debemos hacer es elevar a la persona. El resto llegará naturalmente.

Lo mismo se aplica a la ciencia y a las artes. Prácticamente no hay necesidad de enseñarle nada a nadie. Si sentimos a los demás como a nosotros mismos, nuestros sensores empiezan a abrirse. De pronto, la persona por ejemplo entiende en su interior cómo producir bonitos sonidos musicales. Esta es la educación más natural. Todo lo que necesitamos es elevar a los demás y conectarlos con el resto de la naturaleza, de forma contraria a su egoísmo innato.

Basadas en esto las personas «se expanden», se abren, y se vuelven uno con el entorno. Las personas no necesitan nada más que esto. En tal caso, nadie puede herirnos, ni nosotros causaremos ninguna contradicción o problema a los demás. Las personas siempre se sentirán bien, dado que permanecerán en armonía con el programa de la creación. Nunca provocarán ningún tipo de impacto negativo. Sin importar donde estemos, siempre habrá una atmósfera positiva y benevolente a nuestro alrededor.

 (106410 – De un programa de TV «La medicina del futuro», parte 3, 4/7/2013)

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