Hacia la Luz a través del centro de la decena

“La ventaja de la luz es desde la oscuridad”. El Creador nos envía disturbios en el camino, para que veamos dónde tropezamos, dónde encontramos obstáculos, qué límites no podemos cruzar, es como si buscáramos un pasaje entre árboles y piedras. Nuestra tarea es comprender que todo viene del Creador, no hay nada más que Él y lo más importante, no debemos fijarnos en los problemas, sino atribuirlos todos al Creador y tratar de superarlos.

El Creador me da dificultades para que avance superándolas con fe por encima de la razón. Eso me da satisfacción porque veo que hay un guía en el mundo que me cuida, que me enseña. Así exactamente fue como estudié en la escuela, donde me dieron ejercicios y tareas que tuve que resolver. Es lo mismo ahora, el Creador me envía todo tipo de dificultades, me confunde y arruina mi estado de ánimo; necesito atribuirlo todo a Él y así endulzar los juicios.

Al principio, todos hacen el trabajo individualmente, pero ahora lo atribuimos cada vez más al grupo. Es decir, no pienso en mis problemas personales, como mal humor, confusión, dificultades, sólo me preocupa mi conexión con el grupo. No sólo atribuyo las perturbaciones al Creador, sino que las percibo como oportunidad para adherirme aún más al centro de la decena. Así avanzo, trabajando con los disturbios. De hecho, no son disturbios, sino ayuda en el camino, porque así es como la fuerza superior nos lleva a la meta.

Antes, la meta era atribuir todo al Creador que es bueno y hace el bien, pero ahora también necesito, en los disturbios, dirigirme al centro del grupo. Siempre veremos que con los obstáculos, descensos, problemas personales, comunes y globales, el Creador nos lleva correctamente a la meta y ésta se vuelve cada vez más clara.1

El Creador despierta en mí, el deseo roto, las partes de la destrucción, por eso, siempre se revelan como problemas, me lastiman, me asustan, me desequilibran. Pero sé que todo es para ayudarme y guiarme hacia el propósito de la creación. Para llevarme correctamente hacia el propósito de la creación, debo ir al centro del grupo. Aunque es complicado, porque va más allá de los límites de mi deseo egoísta.

Estoy preparado para admitir que todo viene del Creador; pues ¿quién rechazaría la conexión con la fuerza superior? Incluso estoy preparado para percibir todo lo malo como bueno, es mi interés egoísta, estoy protegido por un guía benevolente y me escondo de los problemas, como en la religión. Pero la siguiente etapa, el centro de la decena, está un paso fuera de mi ego. Ahí necesito el soporte fuerte de un grupo en el que apoyarme. De lo contrario, ni siquiera iré al lado correcto, sino que me hundiré más dentro de mí.

Nuestro trabajo es cumplir tres condiciones:

  1. Entender que la fuerza superior actúa en todo y que no hay nada más;
  2. Esa fuerza es buena y sólo hace el bien;
  3. Llegar ahí desde el centro del grupo, esta es una condición adicional.

Luego profundizaremos en la investigación y revelaremos detalles adicionales, hasta que alcancemos la verdadera realización. El Creador nos da no uno, sino nueve discernimientos; así se construye el sistema superior. La conexión de la Luz con el deseo sólo es posible con nueve discernimientos de la Luz y uno del deseo. El deseo tiene una inclinación: recibir satisfacción. Hay nueve premios delante de mí y necesito saber cómo relacionarme con cada uno de ellos para dar satisfacción al anfitrión.

Por eso, están las primeras nueve Sefirot y Maljut, Maljut debe estar en equivalencia con las otras 9. Cada uno en la decena se ve como Maljut y a los amigos los ve como las primeras nueve Sefirot. El Creador se revela en los amigos, en diferente forma, negativas y positivas y despiertan envidia, ira y ambición en mí, debo adaptarme cada vez para que otorgando a los nueve amigos, otorgue al Creador.

Así es como empiezo a sentir que mi actitud hacia el grupo me da la actitud, la comprensión y la ilustración real de que actúo dentro de un Kli espiritual. Todos los conceptos espirituales como Luz directa, reflejada o interna, Hizdakjut (purificación), Masaj (pantalla) se revelarán dentro del grupo, en su centro.

Maljut se convierte en las primeras nueve Sefirot las apoya, las revela y brilla en ellas. En las primeras nueve Sefirot no hay Luz, hasta que Maljut se restringe, eleva la Luz reflejada y comienza a trabajar en su maldad. Así, la Luz brilla en las primeras nueve Sefirot, es decir, en las cualidades del Creador en mis nueve amigos. Gracias a que justifico a mis amigos y rechazo mi ego, me adhiero a ellos como el pequeño se adhiere al grande y los valoro, despierto en ellos la Luz que revelaré.

Revelaré al Creador en ellos. Pues ya no hay amigos, todo es la manifestación del Creador hacia mí.

Sin embargo, si no pasamos todo por el centro de la decena, sólo permanecemos en la religión. Es la diferencia entre religión y sabiduría de la Cabalá. Cabalá requiere que cristalicemos nuestra conexión.2

De la 1a parte de la lección diaria de Cabalá 26/nov/19, El centro de la decena

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