La etapa actual de nuestro desarrollo es la difusión porque el mundo necesita la interconexión adecuada o como decimos nosotros, la garantía mutua (Arvut).
Digamos que todos están de acuerdo. «Sí, necesitamos estar mutuamente conectados, de lo contrario nos comeremos unos a otros». Pero ¿cómo podemos llegar a un acuerdo mutuo?
Aquí es donde entra en juego la Cabalá. No las etapas preliminares cuando decimos: “Sé un buen chico”, sino la Cabalá, porque sin la luz superior, sin su atracción, no podrás cambiarte a ti mismo, siempre te opondrás a los demás. Por lo tanto, la Cabalá es necesaria para las personas.
Deben asegurarse de que es necesario ser amables los unos con los otros porque la naturaleza nos obliga a la garantía mutua, estamos en una pequeña esfera y estamos completamente conectados unos con otros no depende de nosotros es una condición que nos obliga desde arriba, desde la naturaleza, y nos encierra a todos juntos: “Y ahora, arréglalo”
Organizaremos un enfrentamiento y entonces todos nos clavamos un cuchillo, o intentaremos llegar a un acuerdo de alguna manera.
Pero ¿cómo ponernos de acuerdo si todos somos egoístas y solo pensamos en cómo conseguir algo utilizando a los demás? Al mismo tiempo nos damos cuenta de que ya no funciona a través del otro, que si el sistema es redondo, entonces tenemos que actuar juntos.
El centro de este sistema debería ser un objetivo común para todos: no yo, no tú, no cada uno para sí mismo, sino el centro del sistema. ¿Cómo podemos cambiarnos a nosotros mismos, nuestra naturaleza? Por primera vez en la historia, llegamos a la necesidad de cambiar, no la tecnología, no la sociedad, sino la persona misma.
Y entonces la Cabalá entrará en escena como el único medio de atraer el poder de la corrección.
