La guerra contemporánea de los macabeos contra el egoísmo global

Hoy, tras 2000 años de exilio, regresamos a la Torre de Babel, que en ese lapso ha crecido incluso más. Hemos retornado a la gran angustia del ego, a la enorme torre del egoísmo humano que hemos erigido, y nos encontramos en un callejón sin salida sin saber qué debemos hacer con nuestras vidas.

Todo lo que hemos construido con base en el egoísmo no nos trae ninguna solución: no nos queda nada; todo lo que construimos en el mundo está colapsando y está abrumado por la crisis.

Hoy, debemos remitirnos a la misma solución encontrada en la antigüedad, en los días de Abraham, a la unidad. Sin embargo, no sólo se supone que deba unirse un grupo, que entonces fue llamado «el pueblo de Israel«, sino que el mundo entero tiene que conectarse finalmente para siempre.

Como un ejemplo, usemos la revuelta de los macabeos a la cual está dedicada la festividad de Januca. Esta historia sucedió en la misma época del Segundo Templo y su caída. Como siempre, la fuerza egoísta, que en esa época era llamada el «poder griego», puso en peligro al grupo, que era llamado «Israel»; el poder griego trató de separar a Israel.

Y en esta categoría de las «autoridades griegas» estaban incluidos muchos que estaban previamente en el grupo de Israel. En otras palabras, personas que solían vivir en un nivel espiritual, cayeron en masa hacia el nivel espiritual de nuestro plano material, cuando comenzaron a actuar de acuerdo a su egoísmo en vez de elevarse por encima de este y conectarse con otros.

Entonces los disturbios del egoísmo global, que aparecieron en la forma de «griegos» llevaron a la destrucción del Templo.

La historia nos habla de que un levantamiento de los macabeos tuvo lugar en ese momento; comenzaron a pelear contra este poder. Era más una guerra espiritual que un combate material. Su única meta era llevar a su pueblo hacia la unidad. Al lograr la unidad, alcanzaron la victoria: se las arreglaron para corregir a los judíos que estaban siguiendo a los griegos y sus costumbres, y los invasores griegos fueron forzados retirarse.

De esta manera ellos fueron capaces de reconstruir el Templo (Beit HaMikdash), entonces existe el edificio (Beit) de amor y otorgamiento mutuo, y entonces ellos lograron la corrección.

Necesitamos aprender de esta historia cómo llegar a la corrección siendo que estuvimos en una crisis tan profunda. Hoy, la resolución aún es la misma. Difiere de la situación previa sólo por el hecho de que en esa época tenían un grupo de macabeos que eran conocidos por toda la nación como una familia distinta, una dinastía de sacerdotes.

Hoy, no existe nada como eso. Estamos en confusión total y no tenemos idea de cómo seguir viviendo. Parece que tenemos un estado de Israel en la tierra de Israel y que hemos construido la nación israelí, pero ninguno de ellos corresponde con la definición interna establecida por Abraham.

Sin embargo, la situación puede corregirse en un instante. En realidad, en el momento en que nos unamos en garantía mutua, convocaremos a la fuerza superior de acuerdo a la ley de equivalencia de forma que nos combinará a nosotros en un todo. Así es como recuperamos el deleite y la alegría y nos sentimos poderosos.

Llegamos a ser felices porque revelamos la fuerza superior que una vez más reina entre ellos, y abre el mundo espiritual. Tras conectarnos al menos un poco, sólo para modificar nuestra predisposición y dirección, inmediatamente sentiremos que la fuerza superior nos da poder desde el interior.

Ni siquiera tenemos que pelear por más tiempo; el Creador luchará por nosotros, ya que es la única fuerza que previamente estaba elevando nuestro egoísmo y creando dificultades, particularmente para hacer que nos elevemos por sobre estas. Si tratamos de elevarnos por encima de ellas y hacer el más ligero esfuerzo por lograrlo, la fuerza superior completará el trabajo por nosotros. Es por eso que los griegos simplemente se fueron. A esto se le llama una «guerra espiritual».
(95151)
Del Kab.TV «El cabalistas escribe» del 12/4/12

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