La inclinación al mal no es exactamente lo que tú crees

connect_thumbHasta que no descubra lo que está mal dentro de mí, no hay nada que pueda corregir. Sin embargo, la verdadera inclinación al mal nada tiene que ver con las faltas que todos conocemos: el deseo de robar, mentir, matar o cualquier cosa otra cosa que puedas pensar. Nada de esto pertenece a la inclinación al mal.

Hubo un tiempo en que éramos una sola alma, “ruedas dentadas” unidas (ver video), pero después ocurrió un rompimiento y nos separamos. Esta separación, el odio a los demás, es el verdadero mal. La inclinación al mal es mi falta de deseo de unirme con los demás en un solo corazón y mi renuencia a amar a mi prójimo como a mi mismo. Este es el mal que debo descubrir y corregir. No es sencillo corregir el mal.

La Luz que nos devuelve a la Fuente, tiene que trabajar muy a fondo en mí antes de que pueda empezar a sentir la inclinación al mal de la que habla la Cabalá. Sin embargo, una vez que lo sienta en toda su extensión, de inmediato exigiré la corrección.

Al principio descubro y corrijo “la ruptura” entre el grupo y yo, y en la medida que adquiero el atributo de otorgamiento, supero la ruptura con el Creador. Al aspirar a amar a mis amigos (su aspiración por el Creador, sus puntos en el corazón), a pesar del mal dentro de mi, revelo qué tan profundamente estoy sumergido en el amor propio.

Cuando se encuentra el problema, la solución no es muy difícil. Sencillamente se lo pido a la Luz y Ella me corrige.

(Extracto de la lección sobre el artículo de Baal HaSulam, Introducción al libro de la boca de un sabio correspondiente al 13 de noviembre 2009).

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