«La labor es enorme, pero la recompensa es grande»

Dr. Michael LaitmanDe un artículo de Rabash: «Fe»: «Rabí Tarfon solía decir: El día es corto, la labor es vasta, los trabajadores son inactivos, pero la recompensa es grande, el Señor de la casa es insistente». (Pirkey Avot 2:20) Si uno cree que no hay capital sin un Gobernante y está seguro de que el Señor existe, uno se siente obligado.

Nosotros no somos capaces de despertar por nosotros mismos a menos que el Creador nos despierte, porque estamos hechos de un material que no tiene espíritu de vida. Por lo tanto, somos llamados creaciones, es decir, estamos gobernados desde arriba. Sólo después de que el Creador nos despierta, vemos que el trabajo es vasto, los trabajadores están inactivos, pero la recompensa es grande, y el Señor es insistente. Entonces, comenzamos a trabajar.

En este punto, nuestro libre albedrío se enciende. El Creador coloca la mano de uno en la buena fortuna y dice: «¡Tómala!». En otras palabras, la acción del Creador es lo primero, entonces es nuestro turno de continuar con el trabajo, es decir que tomamos lo que el Creador nos ha dado. Tenemos que organizar nuestro entorno y el estudio para que cada día esté estructurado para permitir que hagamos esfuerzos tanto en uno como en otro.

Independientemente de nuestra carga de trabajo habitual y responsabilidades de difusión, nunca debemos romper nuestra conexión con las fuentes originales. Sólo si logramos mantenernos en constante relación con las fuentes, llegaremos al resultado deseado y previsto. La labor es enorme, pero la recompensa es grande, así que tenemos que preparar nuestras vasijas para recibir esto.

Esto nos obliga a distribuir nuestro tiempo en varios segmentos: una vida normal, estudio y difusión. Debemos atender constantemente los tres y no evitar o pasar por alto ninguno de ellos. Si descuidamos incluso uno de ellos, no vamos a mantenernos en la línea media. Aunque no les asignemos tiempo por partes iguales, aun así tenemos que cuidar de las tres partes.

Debemos prestar especial atención a estas cuestiones. Incluso cuando uno tiene una asignación de difusión muy importante, no debe olvidarse de estudiar. No hay excusa para faltar a clases sólo porque uno esté ocupado con la difusión. Esto es muy malo, ya que se nos dice: «Si me abandonas por un día, Yo te dejaré dos». Esto es peligroso. Si ustedes dejan el estudio debido a la difusión, nuestras ganancias eventualmente se convertirán en pérdidas.

(116465De la preparación para la lección diaria de Cabalá del 10 de septiembre del 2013)

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