La nación dividida

Dr Michael LaitmanPregunta: Mis compañeros negociantes saben cómo ser engañosos y engañan a sus clientes. Y yo, al contrario, estoy tratando de ser decente y confiar en la honestidad de los otros. Y al final me quedo sin nada y comienzo a envidiarlos: “¿por qué no puedo organizar mis asuntos como ellos?” ¿Es esto una Klipá, impureza?

Respuesta: Klipá es un trabajo en contra de la santidad, en contra del Creador, un trabajo muy sofisticado.

Con respecto a tu ejemplo, es posible decir que uno que engaña a las personas al final engaña al Creador y se aleja de Él. Más allá de toda duda.

Si tomo del público o la naturaleza, la cual es el Creador, lo que no merezco, entonces ya es el comienzo de una Klipá. ¿Y qué merezco? Merezco algo si trabajo con el fin de otorgar, si existo con el fin de llegar al otorgamiento. En este caso, recibo incluso las necesidades sólo con el fin de existir y estar en otorgamiento, con el fin de ser similar al Creador y hacer el trabajo de Dios. Todo el resto que está más allá de las necesidades, no puedo tomarlo para mí mismo. Todo el resto lo necesito sólo para otorgar a otros. Este necesita ser el cálculo de la persona. Ella determina para sí: “Esto es lo que necesito para existir con el fin de traer contento al Creador”. Todo lo que comienza con esta decisión y continúa en el mismo vector es llamado Kedushá-santidad.

Y en Klipá, soy lo opuesto, tomando de otros aun cuando no lo merezco y tal vez ni siquiera lo gané. Esto también se aplica a la parte del pueblo de Israel que no trabaja en absoluto y se sumerge completamente en el estudio de la Torá.

En general, debido a un mal cálculo a este aspecto, todos nos estamos ahogando en el mar de egoísmo y distanciando de la fuerza superior. Año con año, nos afecta más fuertemente a todos y, en esta etapa, estamos comenzando a declinar hacia un estado que ya experimentamos en el siglo pasado.

Pero no significa que todos tienen que trabajar, o lo opuesto,  vivir con lo mínimo.

Parte de la nación realmente necesita estudiar y parte necesita trabajar. Tal vez necesita existir una cierta rotación ¿Por qué no organizarnos de tal manera que todos tengan oportunidad de trabajar y además estudiar?

Por supuesto, en la época del Templo, muchos de la nación se dedicaron a estudiar. Y la cuestión aquí no era en cantidad sino en discernimientos. Este es nuestro trabajo.

Más aún, la era que tenemos por delante no exigirá el mismo número de trabajadores que antes.

Por lo tanto, sólo necesitaríamos organizar todo de la forma correcta.

El problema es que las dos partes de la nación, la secular y la religiosa, no saben cómo hablar entre sí, no se entienden entre sí. Este es el único obstáculo. Después de todo, si fuéramos capaces de encontrar una base en común y las correspondientes posiciones, pienso que todos entenderían: el que estudia debe continuar en su estudio. Pero no hay contacto entre las partes de la nación, no hay una buena actitud, no hay un diálogo real y constructivo; sólo hay odio mutuo y, por lo tanto, carecemos del análisis correcto de la situación.

En realidad, el país no necesita decenas de miles de trabajadores y soldados. El tamaño del mercado laboral se contraerá con los años, y el ejército moderno necesita más tecnología que personas.

Por lo tanto, el conflicto actual en Israel es causado por juegos políticos. Los poderes que están detrás están deliberando si encender el fuego.

Y por otra parte, el serio problema de la audiencia religiosa es que no pueden crear un contacto correcto con la parte secular y explicar su posición. La parte religiosa no comienza un diálogo por miedo a ser influenciados por la cultura exterior. Pero la falta de diálogo causa guerra entre hermanos.

Observación: Aun cuando los muros están tambaleándose y las influencias exteriores están penetrando.

Respuesta: Pero esto no lleva al contacto, al entendimiento mutuo. Los muros están cayendo no de acuerdo a nuestra voluntad sino bajo el mandato del tiempo.

Las partes deben contactarse una a otra y comenzar una aclaración mutua. Nuestro problema viene de tener una “canasta” mutua. En los Estados Unidos no hay una colisión entre seculares y religiosos; no “comen del mismo plato” no tienen el mismo ejército, no hay puntos de contacto, no hay un conflicto de que alguien vive a cuenta de alguien más, o que no se entienden el uno al otro.

Y en Israel, la nación está dividida, y así continuamos con la destrucción el Templo.

En realidad, los dos lados están participando en este proceso, incluyendo aquellos que estudian la Torá. Ellos llaman a la parte secular “el bebé mimado”. Pero él es un bebé, entonces necesita una actitud especial, paciente, exige que lo cuiden. ¿No es esto lo que dice la Torá? ¿Dónde está el gran corazón, el enfoque agradable y de cuidado? y no disputas y lucha.

Al final, todo esto nos debilita y nos lleva al colapso.

Pregunta: ¿Qué le diría a la parte religiosa de la nación?

Respuesta: No tengo legitimidad ante sus ojos. Por lo tanto no tengo nada que decir ni a quién hablar.
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De la cuarta parte de la lección diaria de Cabalá,  20/feb/14Escritos de Baal HaSulam, “Introducción al Libro del Zóhar,» punto 55

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