La oración es juicio sobre ti mismo

Pregunta: ¿Cómo podemos asumir la «difusión interna» y qué debemos hacer durante todo el día para lograrla?

Respuesta: La corrección sucede en virtud de una acción llamada «oración«, la cual es la revelación del verdadero deseo que demanda llenado. Este trabajo se llama «oración», que se traduce como «júzgate a ti mismo» o discierne tu esencia interior: ¿Quién soy yo, qué es lo que quiero, tengo los deseos correctos o no, y mis acciones se asemejan a las acciones de los antepasados, es decir, mis deseos son similares a los que los cabalistas describen en el libro de oraciones?

Esto no es simple en absoluto. El libro fue creado por los cabalistas, los sabios de la Gran Asamblea que se encontraban en el nivel espiritual más elevado. Dejaron el libro de oraciones para que nos sirviera como un ejemplo de lo que tenemos que alcanzar en nuestras demandas.

La oración sólo puede ser por la unidad, y esto se llama «la oración de la sociedad» o «la oración de muchos». No hay nada más por lo que podamos orar porque todos los acontecimientos negativos y todos los problemas en general, que se revelan en el mundo provienen de la falta de unidad. Eso es porque la unidad es el Creador, es su cualidad. Por eso, esta es la única cosa en la que debemos pensar.

La unificación se refiere a todas las personas en el mundo, tanto hombres como mujeres. Al final todos deben unirse en un sistema global, el alma común de Adám HaRishón. Cuando estudio, juzgo, pienso, pregunto y respondo, en realidad yo decido sólo una cosa: ¿Traeré todo este sistema a la unidad? Después de todo, a través de la unidad lo corregimos todo.

Además de esta fuerza durante el estudio y del deseo de que esto suceda, no hay otros medios para traer la corrección. Todo lo demás sólo trae más corrupción. Sólo hay una cosa o la otra, y nada en el medio. Todas nuestras acciones traen corrección o daño. Incluso si pasaste un momento sentado sin hacer nada, el tiempo pasó. Lo desperdiciaste y no lo usaste para la corrección, y eso significa que ¡provocaste la destrucción!

Por lo tanto, este deseo de unidad universal debe estar siempre vivo en nosotros. Es nuestro «difusión interior».

(36515 – De la 4º parte  de la lección diaria de Cabalá del 2/27/11, «Introducción al libro Paním Meirót uMasbirót»)

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