La primera barrera en el camino a la eternidad

Es difícil para una persona superar la “barrera” (Majsom), un obstáculo, y adoptar el enfoque que enseña la Cabalá que es tan contrario a su percepción habitual, egoísta. Pero si se eleva por encima de su egoísmo hacia el otorgamiento, el amor, la responsabilidad mutua, y la garantía con respecto a sus semejantes, significa que ha adquirido el poder espiritual.

Si realmente fuera capaz de elevarse por encima de sí mismo, significaría que está por encima de la restricción porque disminuyó su egoísmo y logró una actitud espiritual hacia sus semejantes, la percepción espiritual, el mundo superior.

Una persona no entiende y no siente que a través de este camino puede alcanzar la dimensión superior eterna, perfecta en lugar de la realidad limitada, la cual ahora siente. Todo esto está bastante cerca de nosotros, y es por eso que parece tan simple y primitivo: cualquier amor hacia el otro, que inculcamos en nuestros hijos es para prevenir que peleen entre sí.

Este es el primer obstáculo, que toma años superar. Pero tenemos que entender que cada etapa del trabajo espiritual requiere de tiempo hasta que lo aprendemos y aceptamos. Depende de cuánto se incluya una persona en el grupo, a través del cual acelera su desarrollo.

Si es impresionado por otros y se esfuerza por absorber de ellos lo más posible, entra al grupo con los ojos cerrados, entonces él comienza a ver cuán efectiva es esta herramienta. De esta manera, puede obtener el deseo por una dimensión más alta.

Una vasija spiritual es construida mediante la calidad y la cantidad de relaciones con otros. La cantidad está determinada por el hecho de que eventualmente una persona debe unirse con todas las almas porque todos juntos conformamos un alma: Maljut del mundo del Infinito.

Y la calidad está determinada por el hecho de que debe unirse con ellos a través de una completa recepción y un completo otorgamiento, de manera que el deseo de cada uno esté ligado a los otros como una rueda dentada, y los mueva a todos; todos dependen de él, y al mismo tiempo, él depende de todos los demás.

Al conectarse de esta forma, cada uno es transformado en una parte integral del sistema general. Todos dependen de él y él acciona a todos, pero los acciona de acuerdo al programa general, sus deseos colectivos, y el deseo individual de cada uno. Este es el sistema perfecto que tenemos que lograr.

(68746- De la primera parte de la lección diaria de Cabalá 3/02/12, Escritos de Rabash)

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