La unión que nos conecta para siempre

Dr. Michael LaitmanDel artículo de Rabash «Ustedes están parados hoy, todos ustedes»: …Este es el significado de lo que está escrito, «Ustedes están parados hoy, todos ustedes», es decir todo aquello por lo que pasaron, todos los estados que han experimentado, estados de Gadlut o estados menores al de Gadlut, que fueron considerados intermedios o así sucesivamente. Ustedes toman todos esos detalles y no comparan un grado con el otro, porque no se preocupan por ninguna recompensa, sino sólo por hacer la voluntad del Creador.

… Esto significa que entonces el Creador hace un pacto con él. En otras palabras, precisamente cuando uno acepta Su trabajo sin condiciones, y acepta hacer el trabajo santo sin ninguna recompensa, lo cual es llamado «rendición incondicional», este es el momento en el que el Creador hace un pacto con él.

… Cuando dos personas ven que se aman, hacen un pacto entre ellas de que el amor siempre permanezca.

En cada nivel, la persona experimenta un estado de confusión e impotencia. Uno atraviesa estos estados en los que no se da cuenta exactamente hacia dónde ir y cómo avanzar.

De repente, nosotros sentimos que no somos capaces de hacer el más leve movimiento, ni entendemos por qué nuestra vitalidad y espíritu se han ido. Leemos, pero no vemos nada en comparación con lo que vimos ayer o anteayer. A veces, ni siquiera nos acordamos qué ocurrió ayer o anteayer. Nos desconectamos.

En otras palabras, nosotros pasamos a través de varios estados de la cercanía y distanciamiento de la espiritualidad. Nos parece que nuestra unión con el Creador funciona mejor a distancia, de tal manera que recordamos buenos estados cuando sobrevienen malos tiempos, continuando así con la esperanza de que todo mejore pronto y vuelva a la normalidad.

Sin embargo, no es así. La unión es de naturaleza cualitativa, no cuantitativa. En realidad, no se trata de nuestros estados en absoluto. En algún momento, nos las arreglamos para unirnos con el Creador, no debido a una buena situación en la que estamos, o porque queramos mantener nuestra unidad en nuestra memoria cuando atravesamos estados bajos, sino porque nuestra conexión lo hizo feliz a Él y nos hizo similares a Él. Por lo tanto, para nosotros no hay ninguna diferencia por qué estados atravesamos: bueno o malo. Los buenos estados pueden ser aún más confusos para nosotros que los malos.

Al menos mientras estamos en malos estados, nuestro egoísmo nos empuja hacia adelante y nos obliga a buscar alternativas, obligándonos así a actuar. Cuando ocurre un buen estado, este nos tranquiliza y nos llena para que no busquemos ninguna otras opciones. Somos incapaces de cambiar a menos que algún deseo no satisfecho nos despierte. En este punto, tenemos que recordar la unión que hemos creado y jalar este deseo desde el pasado al presente, a fin de continuar nuestro avance.

Así, este «acuerdo» nos protege no sólo de deficiencias en nuestra conexión, sino que ayuda a hacer feliz al Creador por encima de todo tipo de sensaciones amargas y/o dulces. Nuestra unión tiene múltiples condiciones que se aplican a cada estado en particular.

(107685 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 17 de Mayo del 2013, Escritos de Rabash)
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