Pregunta: ¿Cuál es la fuerza del espíritu humano y de dónde viene? ¿por qué en los momentos más difíciles del Holocausto, exactamente cuando la gente estaba al borde de la supervivencia, mostró el espíritu alto y conservó la dignidad humana?
Los nazis trataron de bajar a la gente a nivel de los animales, pero incluso en campos de concentración y en los guetos, los judíos lograron mantener su espíritu y un sentido de ayuda mutua, organizaron grupos de educación y de teatro e hicieron todo lo que les permitió sentirse humanos y elevarse por encima de su estado.
Respuesta: Este es un fenómeno psicológico conocido. Cuando la gente no siente ninguna posibilidad de cambiar lo que le sucede, se ve obligada a estar de acuerdo con la fuerza poderosa e implacable que la sujeta. Y entonces se inclina y acepta todo como es. Pero dentro de esta bajeza despierta el punto de la verdad, el espíritu humano.
Al enviarnos estas dificultades, el Creador, al mismo tiempo, apoya nuestro espíritu interno. Y vemos que incluso cuando nos sometemos a la presión de esta enorme fuerza, el hombre en el fondo de su alma siente que es su destino, que es la fuerza superior. Este golpe le cae desde arriba, tiene que inclinarse y trata de sobrevivir preservando la apariencia humana tanto como sea posible.
Por lo tanto, durante el Holocausto vimos tales ejemplos de coraje y superación. Sin embargo, eso indica que la gente simplemente se resignó y aceptó lo que estaba ocurriendo y, simplemente esperó a que el golpe pasara.
Es similar a lo que ocurrió con rabí Akiva que navegaba en un barco y llegó una tormenta violenta. El barco se partió y se hundió, pero rabí Akiva logró sobrevivir, fue el único de toda la nave.
Cuando se le preguntó cómo había logrado mantenerse a flote, explicó que se agarró de un madero y cada vez que venía una gran ola, inclinaba la cabeza. Así, las olas en lugar de ahogarlo, lo empujaron a la orilla.
Resulta que cuando en nuestro mundo a una fuerza maligna se le da permiso de destruirnos y ya es evidente, es demasiado tarde para luchar contra ella. Después de todo, si permitimos que la fuerza del mal apareciera, ya perdimos esa guerra. Por nuestro comportamiento en relación con los demás, permitimos que los nazis llegaran al poder y comenzaran a gobernar sobre las naciones de Europa.
Y bajando la cabeza, permitimos que esta fuerza pasara por encima de nosotros y pudimos alcanzar la tierra prometida.
El caso es que los judíos pudieron haber impedido que los nazis llegaran al poder, si hubieran escuchado a Baal HaSulam y a otros cabalistas y, hubieran iniciado la corrección del mundo. Pero no lo hicimos y seguimos con nuestra vida normal en el exilio. Ari, el gran cabalista del siglo 16 nos urgió a comenzar la corrección del mundo. En su tiempo, el período de exilio ya había terminado y el período de redención había comenzado.
Si no avanzamos con las fuerzas de redención que han comenzado a actuar en el mundo y seguimos en el exilio, sin querer e incluso oponiéndonos a la redención, atraeremos sobre nosotros una terrible y peligrosa reacción de fuerzas de destrucción. En este caso se revelarán en el mundo y actuaran en contra del pueblo de Israel.
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De Kabtv «Una nueva vida» 28/abr/16
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