Nimrod es la propiedad del egoísmo

Durante el reinado de rey Nimrod (de la palabra “Mered”, rebelión) en la antigua Babilonia varios vectores del desarrollo humano se manifestaron simultáneamente. 

Por una parte, Nimrod era un gobernante duro, traicionero, opresor. Por otra parte, la gente se volvió más agresiva, demandante y egoísta hacia los demás. 

Además, Teraj, padre de Abraham, comenzó la así llamada separación de los dioses. Él esculpía todo tipo de figuras y le dijo a los babilonios que cada una representaba cierto tipo de deidad a la que debían orar, ungir y encender velas. 

Desde un punto de vista espiritual, son ciertas fuerzas desconocidas en el hombre que quiere de alguna manera complacer, entender y lidiar con ellas. Este es el culto a las deidades. 

Se dice que ante el Creador, Nimrod era un poderoso cazador. Es decir, que quería sacar a la gente de su estado animal primitivo y elevarla, incitar su egoísmo, competencia y sed por todo tipo de ganancias. 

Pregunta: ¿Contra quién se rebeló Nimrod? 

Respuesta: En principio, no había nadie contra quien pudiera rebelarse, excepto contra la naturaleza misma, que calmaba a la gente. Él no quería eso. Él quería que sus súbditos fueran egoístas, competitivos, que avanzaran e hicieran progresar a su reino. 

Comentario: En general, es una propiedad positiva. Pues, así queremos que nuestros hijos compitan y se desarrollen. 

Mi respuesta: Las competencias pueden tener también un carácter diferente. Se puede competir por no ser egoísta y no conquistar a todos y a todo. 

“Nimrod” en el hombre, es la propiedad negativa que hasta ahora se ha desarrollado en la humanidad, con una velocidad indomable.
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De Kabtv “Estados espirituales” 11/jun/21

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