No hay nadie más cercano a un niño que su madre

Rabash escribe, “Mi padre Baal HaSulam nos prometió que siguiendo su camino y llevando a cabo  su consejo, nosotros mereceríamos el mérito de la vida eterna del Creador, la adhesión con Él”. Rabash mismo llegó a un nivel elevado de alcance espiritual utilizando solamente las obras y el consejo de su padre. Evidentemente, no existe otro medio práctico para que nuestra generación revele el Mundo Superior, salvo los escritos de Baal HaSulam. Su alma está particularmente cerca de nosotros pues valoramos a una persona según el beneficio que nos aporta.

No comparamos los niveles de los cabalistas: Moisés, Rashbi, el ARI, Baal HaSulam y Rabash. Para recibir una vida eterna y espiritual dependemos de las almas que nos precedieron: Rabash y Baal HaSulam. Es parecido a como una madre es lo más importante para su hijo. Desde luego, estas son almas muy elevadas, pero nosotros podemos unirnos al sistema espiritual a través de Rabash y Baal HaSulam.

 (De la cuarta parte de la lección diaria de Cabalá del 16 de septiembre 2010, sobre la Lección para conmemorar  el aniversario luctuoso de Baal HaSulam.)

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