Nueve pasos para el descubrimiento espiritual

dr.laitmanNuestra meta es alcanzar la equivalencia y la armonía con la Luz, en otras palabras, alcanzar el final de la corrección; amor y otorgamiento eterno. Este estado requiere de nuestra conciencia y sensación, y de la elevación de todas las características requeridas a fin de comprender qué nos falta para parecernos a la Luz, qué cambios internos debemos atravesar.

Es decir, todo nuestro trabajo es entender qué estoy sintiendo ahora y qué debería estar sintiendo en el estado corregido. En cada estado, yo debo reaccionar como la Luz.

En cada momento de mi vida yo tengo que anhelar el equilibrio con ella, es decir, la equivalencia de forma. Para esto, primero es necesario que seamos conscientes de las propiedades de la Luz. Sin embargo, mientras tanto, estamos en ocultamiento y no sentimos la Luz hasta que no hayamos alcanzado la equivalencia de forma con ella, y ¿cómo puedo parecerme a la Luz si no la siento?

Aquí nos salva una condición que fue creada especialmente para nosotros: este mundo. Es una maravilla que ésta no exista en ninguno de los otros mundos. Aquí, en este mundo, a pesar de estar en completa ruptura, totalmente opuesto a la Luz, a pesar de todo, yo tengo la posibilidad de descubrir los deseos que, como yo, están en busca de la equivalencia con la Luz. Al igual que yo, ellos reciben desde Arriba esta aspiración, esta gota de semen, este «punto en el corazón» sin el cual esta aspiración no habría despertado.

A partir de este punto nosotros ya podemos comenzar con acciones similares a las de Luz. Es decir, cuando interactuamos con los demás, podemos crear por nosotros mismos un ejemplo de lo que llamamos la acción de la Luz: otorgamiento, amor, ayuda mutua, cooperación mutua y el despertar. Tenemos la oportunidad de hacer las acciones que hace la Luz con nosotros, darnos un poco de calidez unos a otros, agitarnos, es decir despertar el deseo y la envidia de un amigo.

En vez de la Luz, del Creador, nosotros obtenemos el grupo. El Creador lleva a la persona a la buena fortuna y le dice: ¡Tómala!». En otras palabras, Él la lleva a un laboratorio, la pone dentro del modelo a través del cual podemos avanzar con la ayuda de los amigos, a pesar de nuestro estado roto, arruinado. ¡El Creador los lleva a ustedes hacia ellos, y ahora ustedes comienzan a actuar!

Todo lo demás depende de ustedes, depende de la manera en que hagan el trabajo y se relacionen con el grupo como con el Creador quien les otorga a ustedes. Cuando comiencen el diálogo, el trabajo recíproco con el grupo, se les aclarará cómo influye el grupo en ustedes y cómo ustedes influyen en el grupo. Entonces, pueden elevarse juntos.

Así que nosotros tenemos que alcanzar un estado llamado Arvut (garantía mutua), el cual obliga a la ayuda e influencia mutua de todos hacia cada uno de los miembros del grupo. Nosotros nos presentamos ante cada amigo como el otorgamiento de la Luz, del Creador sobre él, y él debe reaccionar ante nosotros como una criatura que quiere corregirse a sí misma y asemejarse a la Luz.

En otras palabras, cada uno quiere identificarse con el grupo, estar conectado, adherirse a él, convertirse en un hombre con un corazón, con una mente. Es decir, yo debo fundirme absolutamente en los amigos para que no quede nada de mí. Yo quiero sumergirme dentro del grupo. Eso es lo que cada uno debe hacer, y con esto, todos le ayudan a todos.

Como resultado de esto, después de la última gota de esfuerzo, realmente nos volvemos un hombre con un corazón. Esta gota es como el último bocado que comemos en una comida, y después de él viene la saciedad, y sentimos que nos hemos llenado a nosotros mismos. De este modo completamos una HaVaYaH plena, diez Sefirot. Ustedes ven, sólo la última fase, Maljut de Maljut, siente, entiende, y sabe con quién está tratando, por qué y cómo debe comportarse, cómo está construida, cómo se construye al Creador, y qué debe hacerse en respuesta, si ésta lo obtiene todo de Él: tanto la Luz como el deseo.

De esta forma, la Arvut es la primera etapa de conexión en un todo único, y parece que no hay nada más que hacer. Sin embargo, nosotros entendemos que, mientras tanto, estas son sólo palabras, como se nos dice, «el final de la acción, está en el pensamiento inicial». En los pensamientos ya queremos alcanzar el resultado final, pero ustedes deben ir por un camino que puede ser largo. Verán, yo tengo que construirme a mí mismo, y sólo entonces podré reconocer al Creador.

Todo es creado desde Arriba de forma perfecta, pero la criatura debe alcanzar esta perfección, ser consciente del Creador, volverse como Él, entenderlo a Él y toda Su profundidad, y parecerse a Él en todas sus acciones. Si el estado de la criatura es inferior con respecto a la completa equivalencia con el Creador, entonces no se considera que el Creador haya sido benéfico para ella.

Debemos pasar por todas estas etapas, y mientras no hayamos terminado la etapa anterior, no podemos pasar a la siguiente etapa. Por lo tanto, desde el principio estamos hablando de Arvut, el alcance de la equivalencia de forma con el Creador, de la armonía con la naturaleza: copulación, abrazar, besar, todas las expresiones de la equivalencia de forma con el Creador, y a pesar de todo, estas siguen siendo solo palabras, y ahora empezamos a construir este estado, es decir, entramos en la segunda etapa y más allá. En general, es posible descubrir las nueve etapas en el camino hacia el descubrimiento espiritual.
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De la 1° parte de la lección diaria de Cabalá del 1/7/14, Lección sobre el tema: «Preparación para la Convención»

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