¿Toda la Luz? Eso es demasiado, ¿puedes darme sólo un poco?

Baal HaSulam, «Introducción al Estudio de las Diez Sefirot»: Un ocultamiento significa que él cree en la Providencia de recompensa y castigo. Aun así, por la acumulación de sufrimiento, él algunas veces llega a pensamientos de transgresión.

El deseo egoísta presiona a la persona y la leve revelación de la parte posterior del Creador no es suficiente para él. Pero él aún se contiene tanto como puede.

Esto porque aun cuando él cree que el sufrimiento vino a él como un castigo, aun es como alguien que ve a su amigo desde atrás, y puede dudar y confundirlo con otro. Y esos pecados son sólo errores, ya que, como un todo, él si cree en la Providencia de recompensa y castigo.

¿Entonces qué son esos estados? Supongamos que el deseo egoísta de la persona pesa 100 kg y la Luz le da sólo 50 kg de poder de resistencia. Si restamos los 100 kg de maldad de los 50 kg del poder de la Luz, el resultado será igual a menos 50 kg. Esos 50 kg de ego operan dentro de la persona y la rebajan al nivel de los errores. Si todos los 100 kg de ego fueran dejados libres dentro de nosotros, la persona podría encontrarse en el nivel de los pecados.

Si estoy totalmente bajo control de mi deseo egoísta, este es el nivel de los pecados. Aquí están mis vasijas, las que reciben y las que otorgan, operan con la intención con el fin de recibir. Pero si algunas de mis vasijas pueden restringirse sin temor, entonces estoy en el nivel de los errores. Todo depende de la revelación del Creador, de la manera en la que Él aparenta ser para mí.

Este mecanismo no funciona en nuestro mundo. Aquí sólo nos contiene la amenaza de un golpe al ego: ya sea una sensación de vergüenza, o que nuestro orgullo puede ser herido, o incluso un daño físico. Por otra parte, en el mundo espiritual el castigo es la incapacidad de otorgar. La amenaza de la incapacidad de otorgar contiene a la persona.

En total, todo depende de cuánto me influya la Luz, en cuántas de mis vasijas quiero otorgar. En correspondencia, estoy en el nivel de un «justo» o de un «malvado».

¿Tengo libre albedrío aquí? Depende de si puedo demandar que la Luz me influya tanto como sea posible.

Por ejemplo, tengo un deseo egoísta «cruel» que pesa 100 kg y estoy dispuesto a corregirlo sólo 10 kg porque simplemente no puedo pedir una corrección mayor; no puedo resistirme a todos los placeres y ponerlos bajo la intención de otorgar. Incluso si estoy incorporado en el grupo, no estoy dispuesto a deshacerme de todo mi egoísmo. Cuando mucho, estoy dispuesto a «cortar los bordes», a deshacerme de la «grasa que sobra», y no más que eso; es todo lo que puedo pedir ¿Entonces qué sigue? ¿Mi petición será aceptada en esa forma tan egoísta?

Cada uno debe tratar de responder esta pregunta por sí mismo.

(67602 – De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 1/25/12, «Introducción al Estudio de las Diez Sefirot»)

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