Trabajando por la revelación práctica del Creador

Dr. Michael LaitmanSi la persona está buscando una manera de conectarse con el Rey, de aparecer ante Él, a ella se le envía esta oportunidad. Nosotros tenemos el honor de llevar a cabo tal difusión a las grandes masas que nos encontramos en la necesidad de establecer contacto con el Creador, sintiendo nuestra dependencia de Él.

El mundo entero se siente dependiente de algo que no está claro. Cada día hay una creciente sensación de impotencia e incertidumbre de lo que sucederá mañana. Pero nosotros hemos elegido el desarrollo espiritual como meta de nuestra vida y merecemos la oportunidad de realizar acciones materiales hacia este. Este trabajo nos lleva a una conclusión acerca de nuestra propia impotencia en relación a la meta.

Entendemos que necesitamos al Creador, Su ayuda. Nos falta la motivación, la importancia de la meta, la persistencia y la estabilidad en el progreso hacia ella, y preguntarnos por qué hacemos esto y quién lo necesita. Todo esto nos obliga a buscar la conexión con el Creador, a pedirle ayuda, y a conectar todo nuestro éxito con Él.

Cuantos más esfuerzos que hacemos, más valiosa se vuelve la meta en la que hemos invertido y más necesitamos al Creador. Y aquel que no quiere invertir mucho esfuerzo, no aprecia mucho la meta, y por lo tanto no necesita mucho al Creador. Resulta que la contribución física a la difusión, al trabajo con el público, es el medio que nos acerca al Creador porque debido a ello, sentimos cada vez más nuestra dependencia de Él.

Nosotros podemos desarrollar esta sensación de dependencia de la fuerza superior en los talleres que hacemos en el grupo. Y si somos perezosos en esto, el Creador tiene que añadir un poco de problemas, sufrimientos. De repente, hay enemigos, personas que desean el mal, y nos sentiremos más dependientes del Creador.

Es aquí donde yace el corte entre el camino del sufrimiento y el camino de la Luz. Si tratamos de aferrarnos al Creador cuando la vida es buena, avanzamos por el camino de la Luz. Y si se nos olvidamos y somos un poco perezosos, entonces inmediatamente vemos cómo nos volvemos menos exitosos y tenemos cada vez más enemigos. El Creador nos corrige de esta forma, como si estuviera apuntando un misil contra el objetivo, corrigiendo su trayectoria a derecha e izquierda, y devolviéndolo al camino correcto. Por lo tanto, tenemos que seguir adelante a fin de alcanzar la meta. Todo el proceso se revelará en este trabajo.

Es bueno que cada vez que llegamos a una empresa, cárcel, escuela, a organizar conferencias, talleres y mesas redondas, nos sintamos cansados y carentes de toda fuerza, sin ninguna motivación. ¡Entonces tenemos la necesidad de volvernos hacia el Creador una vez más! De esta manera, somos renovados constantemente. Esto nos obliga a ser renovados. Y aquellos que no lo hacen, no sienten la necesidad de recurrir al Creador; no hay razón para ello.

Así elevamos una oración para pedir ayuda, MAN, porque vemos que el Creador debe estar al comienzo de todas nuestras acciones. Y sólo a fin de complacerlo a Él, voy de cada misión. En cada acción yo debo verme realizando esta misión y a las personas que conozco como representantes del Creador. El Creador las envió a mí para que a través del contacto con estas personas, yo revele al Creador en la práctica, entre nosotros, en la conexión de las vasijas rotas.

Al final, tenemos que llegar al estado en el que cancelamos nuestro ego; éste permanece abajo y nosotros nos conectamos por encima de él, como se nos ha dicho: «El amor cubre todas las transgresiones». Alcanzamos el amor por el Creador a través del amor por los seres creados; uno de ellos es la luz y el otro es la vasija. Así avanzaremos.

Se nos dice: «Aquel que se sienta en su casa no es como el que está parado ante el Rey». Si nosotros estamos dispuestos a salir de nuestra casa y a estar parados ante el rey, entonces salgamos a difundir. Así, cada segundo tenemos la oportunidad de ponernos en contacto con el Creador, y la necesidad de este contacto, porque de lo contrario no podemos hacer ningún esfuerzo.

Sólo tenemos que entender que nuestra debilidad es un ángel especial que quita nuestro poder para obligarnos a volvernos hacia el Creador. No hay descuido; todas ellas son fuerzas especiales que trabajan específicamente con nosotros. Nada sucede por casualidad, como si nada. ¡No existe la casualidad!
(117150)
De la preparación para la Lección diaria de Cabalá del 8/23/13

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