Una doble petición y una doble respuesta

Dr.MichaellaitmanIncluso mientras estamos bajo el dominio de las fuerzas egoístas, de las cáscaras (Klipot), nosotros podemos despertar al superior. Sólo aquellos en quienes el punto en el corazón se ha despertado, tienen el potencial de conectarse con el Creador, pero con una intención que todavía es para uno mismo. La persona se vuelve hacia el Creador con intenciones que aún son para sí misma y por lo tanto se considera que ella está a merced de las fuerzas impuras.

Cuanto más grande sea la fuerza que uno tiene para volver hacia el Creador, aunque lo haga para sí mismo, mayor es el egoísmo (Klipá). Por lo tanto, como está escrito: «Aquel que es más grande que su amigo, su deseo es mayor que el de él». El gran malvado, las enormes fuerzas del egoísmo de las que habla la Torá, Balaam, Balak, el Faraón (la cáscara general), Hamán, Asuero, y las siete naciones que ocuparon la tierra de Israel antes de la llegada de los judíos, todos estos atributos se despiertan en la persona de acuerdo a su nivel. Mientras más grande sea la cáscara en la que está la persona, en contraste con esta, ella es recompensada con mayor Santidad.

El ascenso comienza cuando se despierta en la persona el punto en el corazón, mientras está en el cautiverio de la fuerza egoísta, Klipot, y en la intención de recibir para sí misma. A pesar de la intención egoísta a fin de recibir en la que está el punto en el corazón, no por elección, ésta eleva una oración (MAN). Aunque la oración es egoísta, a fin de recibir, no obstante, es una oración del inferior, de la cáscara que despierta al nivel superior para que actúe. Entonces, el superior comienza a trabajar en esta oración y la eleva desde un nivel a otro, hasta Ein Sof (infinito). Sin embargo, nosotros aprendemos sólo acerca de tres niveles: el inferior, el superior y el superior del superior. Todos los otros niveles funcionan de la misma manera.

Este trío trabaja constantemente: el inferior, el superior y el superior del superior. El inferior está en egoísmo, y el superior, que siente el dolor del inferior y sabe cómo traducirlo correctamente, procesa la oración corrupta del inferior y la convierte en una oración corregida y la eleva al superior del superior, que es la santidad, desconectada del inferior corrupto. Así, en el superior del superior, ya existe toda la Luz y el poder necesarios para cuidar del inferior.

El superior mismo se eleva al superior del superior con una doble oración: la oración del inferior y de su respuesta a esta. Así, el superior del superior le da el doble de la grandeza que necesita a fin de hacerse cargo del inferior. Cuando éste alcanza la grandeza, ya puede hacerse cargo del inferior corrupto. Entonces, resulta que el «primogénito» que es llamado el Partzuf superior, recibe el doble del superior del superior, su parte y la parte del inferior corruto. Así es como opera la cadena.

Esta es la única acción en nuestra corrección y ésta nos saca de las Klipot. Entonces, la primera condición es la oración. Todo nuestro trabajo espiritual, toda la realidad que sentimos, está arreglada y lista para ayudarnos a elevar una oración al superior. No existe nada además de nuestra petición. Esto se debe a que nosotros no podemos realizar ninguna acción, excepto la oportunidad de pedir. Esto en realidad es lo que se nos olvida.

Finalmente entenderemos que no existe nadie más parte de Él, y que el Creador es bueno y benevolente, que hay una fuerza que actúa en la realidad, acerca de la cual está escrito: «Yo soy el primero, y Yo soy el último». Todo esto está destinado a ayudarnos a descubrir nuestra petición en cualquier momento dado.

La petición del inferior debe estar correctamente arreglada a fin de otorgar. Si pedimos para nosotros mismos, estamos en las Klipot, bajo el dominio de fuerzas egoístas impuras. Si seguimos pidiendo para nosotros mismos, caemos más profundamente en este egoísmo.

Todas nuestras peticiones, todas las deficiencias, incluso desde los estados más vergonzosos, aun así se elevan. La única pregunta es en qué forma. Si las plegarias no están en equivalencia de forma con el superior, no obstante son aceptadas e influyen en el sistema y en su desarrollo. Pero en este caso, las fuerzas nos obligan a torturamos a nosotros mismos y vemos que en el mundo se acrecientan cada vez con más fuerza el mal y la oscuridad. Nosotros avanzamos, pero por el camino del sufrimiento, a su debido tiempo.

Si nuestras peticiones son acordes al deseo del superior, ellas despiertan todos los niveles de corrección para elevarse hasta Ein Sof y bajarnos la nueva Luz que nos aclarará, nos corregirá y llenará nuestras vasijas para otorgar. Entonces, avanzaremos por el camino de «Yo lo aceleraré».
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Desde la preparación para la lección diaria de Cabalá del 9/22/13)

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