Todo el trabajo debe terminar con una oración

Dr.MichaellaitmanLa tarea más importante para la persona en este mundo, es estar constantemente dispuesta para la oración. Esta es la única acción que puede hacer la diferencia. Nosotros hacemos esfuerzos físicos, mentales, en el pensamiento y en el deseo, pero en realidad necesitábamos estas miles de acciones durante miles de años sólo para que al final del asunto pudiéramos alcanzar la oración correcta, el grito, el deseo. Cuando podamos aceptar nuestro deseo en la forma correcta, entonces tendremos éxito en atraer hacia nosotros la fuerza superior que lo hace todo.

Sólo la Luz actúa y sólo nosotros, aquellos con un «punto en el corazón» estamos preparados para despertar la Luz hacia la acción. Básicamente, el resto no pueden hacerlo; sólo en el grado mínimo por la vía de «a su debido tiempo» (Isaías 60:22), y según la medida en que estemos integrados con ellos, pero no más que eso. Acerca de esto está escrito que las «naciones del mundo» no tienen ningún vínculo con el poder superior, con el Creador. El deseo general de placer, de acuerdo a su estructura, no puede conectarse directamente con el Creador, excepto sólo a través de quienes tienen la chispa espiritual.

Por lo tanto, en esos tiempos y condiciones en las que no podemos elevarnos correctamente para el mundo, nosotros mismos y el mundo entero nos distanciamos del Creador. A través de los poderes del mal que surgen, por medio de la sensación de distancia y del reconocimiento del mal, a pesar de todo esto, nosotros avanzamos, pero no de una manera conveniente.

Sólo nosotros, los que tenemos un «punto en el corazón» estamos dispuestos a orar. Todo el resto lo hacen, ya sea por costumbre implantada desde la infancia, o con motivos simplemente egoístas. Y la oración de un simple egoísta es mejor, dado que la persona grita por su dolor. Cada insatisfacción ya es una oración y un grito al Creador, incluso si la persona no piensa en Él, esto ya es una especie de giro hacia arriba. Estos giros han estado reuniéndose desde hace miles de años a partir de los gritos de miles de millones de personas, y, finalmente, estos se despiertan de manera colectiva y despiertan la Luz Superior.

Sin embargo, a pesar de que la Luz Superior los alcanza a través de nosotros, la estructura general no ha sido cambiada. Incluso si no estamos dispuestos a trabajar correctamente con la Luz, ella está ahí y existe. Y esta es la forma en la que ella nos alcanza, y golpea en nosotros como un muro, porque nos encontramos en el exilio y no podemos pensar en las naciones del mundo.

De tal forma, nosotros estamos alejados del Creador, porque no estamos elevándole la oración a Él, y además estamos lejos de las naciones del mundo, porque no hemos transmitido sus oraciones hacia arriba. De ello se deduce que estamos en una doble pérdida. ¡Necesitamos considerar esto! Los problemas y dificultades no cesarán hasta que el pueblo de Israel no realice su verdadera tarea, hasta que éste sea el nivel más elevado para las naciones del mundo, a fin de transmitir la doble oración, la suya y la del mundo entero, al nivel superior.

Se supone que debemos hacer aplicaciones prácticas para nuestro trabajo con el público en general, es decir, para aquellos que no están listos para despertar a la conexión con el Creador y por lo tanto son llamados las «naciones del mundo». Aunque este trabajo con las personas sea perfeccionado, habilidoso, profesional, no traerá los resultados deseados ni dará frutos, si no termina con una oración.

Todos nuestros esfuerzos invertidos, cada uno por separado y todos en conjunto, son imprescindibles única y exclusivamente para que podamos alcanzar la oración. Desde el comienzo salimos a operar porque el Creador nos ha enviado («Yo soy el primero»), para que, como resultado de nuestra acción, queramos alcanzar la doble oración después de absorber los deseos de las personas y con ello despertar nuestro deseo. Entonces podemos pedir ser convertidos en una parte del ducto sólo en beneficio de ellos para ser capaces de cuidar de las personas. Después de todo, el Creador nos creó con un «punto en el corazón».

A seguir el trabajo de este tipo con el público en general, nosotros alcanzamos la elevación de la oración, es decir, el trabajo encomendado a Israel. Aquí ya existen los tres componentes necesarios para la acción espiritual: el nivel inferior, el público; el nivel superior, nosotros; y el nivel más elevado, el Creador. En esta forma trabajamos juntos.

Si pensamos en esto antes y después de la acción, y estamos preparados para unirla a este estado, entonces nuestra acción será bendecida y exitosa. Acerca de esto está escrito: «Al primogénito… dale una doble porción» (Deuteronomio 21:17), para él y para el hermano menor.
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De la preparación para la lección diaria de Cabalá del 8/22/13

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