Si no ves en tus amigos una grande aspiración hacia la espiritualidad, si no te impresionas del entorno y no te inspiras hacia el otorgamiento, entonces eres tú el que no te esfuerzas. Empieza a esforzarte por ellos y veras cómo ellos te influirán.
¡Es una fórmula muy simple! Me incorporo en un grupo y junto a ellos logro tal estado, cuando empezamos a influir uno al otro.
Nuestro círculo se convierte en una vasija espiritual (Kli), donde se unen todos nuestros deseos hacia la espiritualidad, todos los puntos en los corazones y por encima de ellos, la pantalla anti-egoísta, nuestro otorgamiento mutuo.
Ahora, cuando todos nos influimos mutuamente, debemos comprobar si lo hacemos con el propósito de otorgarle al Creador. Si es así, entonces tenemos la pantalla y la Luz Reflejada y de forma inmediata se nos revelará la Fuerza Superior según la semejanza de nuestras cualidades.
Yo –> el grupo –> el alma. ¡Esto es la fórmula!
(Extracto de la lección según el artículo La necesidad del amor por los amigos de Rabash, correspondiente al 23 de mayo 2010).
Material relacionado:
Las verdaderas causas de lo que ocurre
La única oportunidad de conectarse a la Luz
La resistencia espiritual