Una vacuna anti ego

Dr.Michael LaitmanLa Tora, «Éxodo» (Ki Tissa), 32:20: Entonces él tomó el becerro que ellos habían hecho, lo quemó, lo molió en polvo fino, [lo] dispersó sobre la superficie del agua, y [lo] dio a beber [a] los niños de Israel.

Esto puede compararse con la forma en que se hace un antídoto para cierto veneno por medio de una pequeña parte del mismo veneno. Cada medicina es veneno, pero no cada veneno es medicina. Lo que Moisés hizo fue un remedio para la nación israelí. Moisés no pensó en destruir la nación sino en curarla y en preparar una vacuna para esto a partir del becerro de oro.

El becerro (el ego), en realidad se debe ser pulverizado, para que pierda su forma, su figura, y esté en poder blando e intensidad en cada uno. Por lo tanto, es imposible arreglárselas sin el becerro. Debe haber veneno para que cada uno sepa de qué podía morir y cómo curarse.

No hay castigo, sino cura. Entonces nadie debe temerles a los becerros de oro. Llegará el tiempo en el que se revelará el poder, la habilidad y la preparación para moler el ego en polvo y comenzar la cura en la vía correcta. La cura para cualquier enfermedad es gradual y especialmente en este caso.

Nosotros debemos entender dónde estamos, hacia dónde no dirigimos, de dónde desciende el proceso de curación, y más que nada, qué significa estar sano. Este es todo el proceso de educación interna.
(127044) 
Del Kab.TV «Los secretos del Libro Eterno» del 9/9/13

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