Viviendo de acuerdo a la mente o de acuerdo al amor

Dr. Michael LaitmanPregunta: Comienza la fiesta de Januca, la cual nos recuerda la victoria de los Macabeos en la guerra con los griegos. ¿Qué significa su oposición en un sentido más profundo?

Respuesta: «Los griegos» son mi deseo de disfrutar; mi egoísmo que me dice: «Escuchen, tienen que confiar en la lógica y el instinto. Tenemos que vivir por medio de la mente, y ustedes la tienen. Puede organizar la vida de forma racional, evaluar y ponderar todas las oportunidades. Sean como todos los demás».

Este es el enfoque griego. Es correcto y bueno, a todos les gusta, y no hay nada que argumentar en contra de este. Es cierto que el mundo no puede darse cuenta de esto porque nuestra vida está lejos de ser el paraíso. Sin embargo, simplemente no tenemos otras herramientas que sean claras, reales, lógicas, respaldadas por la ciencia y la psicología, sobre la base de un fundamento sólido, y que el sentido y la razón comprendan.

Pero hay otro enfoque: El «macabeo».

«No», dice el Macabeo, «no queremos vivir de esta manera. Queremos vivir por medio de las leyes que Abraham estableció como fundamento del pueblo judío, el principio de amor por el otro como a uno mismo. Esto es lo que debemos lograr».

El griego en mí responde a esto: «Para ser honesto, está cien por ciento en lo correcto».

Pero esperen, ¿cómo? Después de todo, él sólo dijo lo contrario. ¿Resulta que ambos tienen razón?

«Sí», continúa mi griego, «Yo, por supuesto, quisiera vivir de acuerdo al amor. Pero este es una utopía inalcanzable. ¿Tiene él una píldora, que en caso de ingestión, garantice que todos los pueblos de la tierra se amen? ¿Puede imponer en todas partes la unidad, la ayuda mutua, el cuidado mutuo, la garantía mutua, y la igualdad? ¿Es capaz de convertirlos a todos en amigos?»

Por lo tanto, el problema de los Macabeos es que son irracionales y poco realista. Lo mismo se dice acerca de la sabiduría de la Cabalá: «¿Por qué es necesaria? Es mejor lograr el verdadero éxito en la vida. Un leve interés en los asuntos elevados podría ser útil, pero entregarles toda mi vida es demasiado. No es lógico».

Es por eso que los Macabeos son inicialmente pequeños y débiles. No tienen nada que me convenza. Un pequeño Macabeo se esconde dentro de mí y un fuerte griego está cómodamente instalado. ¿Qué tengo que hacer? ¿Qué guerra ocurrirá entre ellos?

Pero he recibido una respuesta que me dice: «Incluso si renuncias a la imagen externa, interna entender que no hay otra forma, tenemos que alcanzar la plena unidad, que es el amor, de tal forma que entonces comenzarás a construir el grupo adecuado. En él, atraerán la Luz, que es una fuerza especial que es inherente a la naturaleza que puede utilizarse. Tú tienes sólo una pequeña chispa, pero la naturaleza tiene una Luz enorme, y puedes atraerla hacia ti mismo».

Entonces verás que el mundo entero era solo un teatro de ilusión. Este se desvanecerá y se disolverá; como en las películas de Hollywood, se desvanecerá y se irá. De hecho, todo el cuadro era imaginario.

Sin embargo, esto sucederá con la condición de que unan a su chispa, su vela, a la gran Luz que llena el mundo. Y con el fin de sentir la necesidad de esto, ustedes deben hacer esfuerzos contrarias a su propia mente.

Pregunta: ¿Cómo podría explicarle esto a mi familia que están lejos de tales pensamientos cuando se enciendan las velas de Januca? ¿Cómo pueden ser introducidos, aunque sea un poco, en esta comprensión?

Respuesta: Los macabeos ganaron la guerra contra los invasores, puesto que se unieron. Ellos fueron hacia el pueblo y lograron llevarlo a la unidad.

Por lo tanto, no es necesario que nosotros llamemos a la unidad durante la guerra, cuando ya está sucediendo. No, debemos unirnos ahora y entonces no habrá guerra. Con ello neutralizaremos todas las fuerzas del mal.

Así que, unámonos. ¿Qué daño puede haber? Ninguno. Tan sólo debemos aplicar un poco de esfuerzo. De esto nos habla Januca: Al unirnos, ganaremos nuestra mayor victoria.
(149704)
De la 5° parte de la Lección diaria de Cabalá del 12/16/14, Escritos de Rabash

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