¿Dónde está el placer?

Pregunta: ¿Por qué los descensos hacen una impresión mucho mayor en nuestras sensaciones que los ascensos?

Respuesta: Es porque somos egoístas. Fuimos creados del deseo de disfrutar, que experimenta placer o sufrimiento. No hay término medio entre ellos, y por lo tanto, incluso cuando estoy en un estado neutral, donde el placer y el sufrimiento están ausentes, me siento mal. Carezco de placer. Siempre demando un positivo; cero no es suficiente para mí.

Es por eso que una persona está insatisfecha. Él tiene una casa, un trabajo, y mucha comida, pero falta algo todavía. O bien la hierba es más verde en el lado de su vecino, o la vida carece de sentido.

Nuestro deseo egoísta no está satisfecho con lo que tiene. Como resultado sufrimos de la carencia de un complemento, y este además definitivamente tiene que crecer como crece nuestro egoísmo.

Además, nuestra fuente es el Creador, quien nos creó. Él es el uno, único, e irremplazable, y cada uno de nosotros siente de la misma manera. Entonces, ¿dónde podemos encontrar llenado para alguien que es tan único?

Es por eso que nunca encontramos satisfacción, no por medio del placer, ni por el derecho de auto-realización. Esa es la naturaleza del egoísmo. El más pequeño descenso es suficiente para todo nuestro heroísmo desaparezca en el aire. ¡Debemos estar de acuerdo con lo que sea con tal de evitar la sensación de vacío por dentro!

El deseo de placer depende enteramente de la Luz. Mientras que recibe la Luz, está lleno de energía, a pesar de que no entiende de donde viene esa energía. Pero tan pronto como la luz crece un poco distante, te sientes impotente y estarías de acuerdo en cualquier cosa con el fin de corregir la situación de alguna manera.

Mira el mundo: hay terrorismo, asesinato, robo y mentiras. Parece que si le dieras a cada persona lo que demanda, nadie haría nada malo. Entonces, ¿A quién culpar? Es el Creador, quien no se revela y evoca malas cosas. Todo lo que queda es hacer las conclusiones correctas de lo anterior.

(26684 – De la primera parte de la Lección Diaria de Cabalá del 16 de noviembre 2010 – Introducción al Libro del Zohar.)

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