Altruismo – el programa oculto de la naturaleza

De la «Crisis y su solución» (Conferencia en Arosa 2006)

Sólo interactuando como un todo las células pueden existir, desarrollarse y multiplicarse. La ley de interacción altruista funciona en cada ser creado, excepto en el hombre. Al hombre se le da libertad de elección para que se de cuenta de la necesidad del altruismo y para observe esta ley general de la naturaleza.

Viendo cómo los animales se devoran entre sí, nos es difícil llamarlos altruistas. Todo lo creado: materia inanimada, plantas, animales y humanos son totalmente egoístas. Entonces, ¿dónde vemos que el altruismo es un programa de la naturaleza?

Pero cuando se trata del programa interno introducido en cada criatura, podemos decir que toda la naturaleza se construye de acuerdo con la ley de ayuda mutua y apoyo entre todos. Vemos a la naturaleza a través de nuestros ojos egoístas y por eso la culpamos en la medida de nuestra propia depravación.

Si evaluamos a la naturaleza, no desde el lado negativo, desde nuestro egoísmo, sino del lado de un enfoque sistemático positivo, vemos que todos sus sistemas funcionan correctamente. En lugar de afirmar que «todos devoran a todos», podemos decir que «cada uno existe para los demás».

Debido al hecho de que uno se convierte en alimento para otro, como suele suceder en la naturaleza, cada grado existe para sostener el grado de arriba y continúa para los grados superiores. ¿Y para qué fue creado el hombre? Su misión es hacer que su deseo disfrute la «comida» para un grado más alto, para el deseo de otorgar.

Es difícil darse cuenta de que la ley de la naturaleza es el altruismo, porque no se manifiesta abiertamente. No vemos conexiones bondadosas y altruistas entre ninguna parte de la naturaleza. Por el contrario, vemos conexiones egoístas donde cada uno se preocupa sólo por su propio beneficio y devora a los demás.

Esto sucede en todos los niveles: inanimado, vegetal, animal y humano. Se podría concluir que en general, el egoísmo total, el deseo de disfrutar, es la ley de la naturaleza, más que el deseo de otorgar y el altruismo.

Pero con el desarrollo de la ciencia, la inteligencia y la sociedad humana, gradualmente empezamos a descubrir que la conexión entre todas las partes de la naturaleza es más importante que la existencia de cada una. Es decir, los puntos centrales de la creación no son los conjuntos de materia, sino los espacios entre ellos. Justo en esos espacios sucede lo más importante, pero no lo sabemos.

Las conexiones entre elementos separados de la creación son más importantes que los elementos. Después de todo, los elementos consisten del simple deseo de disfrutar y dentro de la conexión entre ellos está toda la energía y la materia. En realidad, ahí está la verdadera realidad que aún no podemos comprender.

El hombre, que está en el centro de la creación es la parte más importante, es decir, la conexión entre la gente. Con nuestra unidad, aseguramos toda la naturaleza y llegamos al hecho de que todas las otras partes de la naturaleza están pacificadas y establecen buenas conexiones entre ellas.
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De la 3a parte de la lección diaria de Cabalá 12/ene/17, lección con el Tema, «Mismah Arsosa«, (Documento de Arosa)

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