Cabalá y la economía del consumidor, parte 1

La base de la economía de consumo

Pregunta: La economía es un reflejo de las relaciones sociales, por tanto, la crisis que vivimos hoy es una crisis de relaciones. Daré algunos ejemplos de nuestra vida que están directamente relacionados con nuestras relaciones. Primero, la venta de productos con una vida útil limitada. Todos sufrimos por esto, pero alguien gana.

En segundo lugar, el desperdicio de alimentos para mantener los precios en el mercado. Resulta que la mitad de la población tira la comida y la otra mitad no sabe dónde encontrarla.

Además, los bancos pagan intereses escasos a los depositantes. Hay un mercado negro: unas personas pagan impuestos, otras no, etc. Y ni siquiera estoy hablando de conflictos armados, que nos quitan una enorme cantidad de dinero.

Resulta que en realidad la crisis es una crisis de relaciones. Además, es muy difícil montar empresas porque hay crisis de confianza ¿cómo se relaciona todo esto con Cabalá? ¿y qué tiene que ofrecer Cabalá?

Respuesta: Durante miles de años se ha desarrollado nuestro ego. Es nuestra naturaleza y todo el tiempo nos llevó a un consumo cada vez mayor. Mínimo esfuerzo y máximo rendimiento, esta es la naturaleza del egoísmo. Lucha por paz, plenitud, placer y conocimiento, todo con un consumo mínimo de energía.

Así nos desarrollamos hasta llegar al estado, donde en el siglo XX, como fue predicho hace muchos siglos por los cabalistas, comenzamos a sentir que, en general, eso no conduce a ninguna parte. Llegó el momento de crisis, de guerras mundiales.

La humanidad produce tanto, que ya no puede consumirlo. Superó la frontera del consumo razonable. A pesar de esto, la mitad de la humanidad está desnutrida o incluso hambrienta y la otra mitad no sabe qué hacer con la comida y tira lo que tiene. Lo mismo ocurre con la ropa y con todos los demás productos básicos.

En general, si antes parecía que estábamos en un mundo que crecía y mejoraba y en última instancia, nos guiaría a donde todos tendrían al menos lo mínimo, que la gente disfrutaría al menos un poco de la vida, no morirá de hambre, de enfermedad y lograría un nivel de vida más o menos medio, pero ahora, a partir del siglo XXI, nos encontramos con que nuestro egoísmo no nos permite hacer nada.

Y, del amigo que nos empujó a avanzar durante milenios, el ego se convirtió en enemigo. Por supuesto, nos enfrentó unos a otros en guerras, en diversos problemas, pero nos hizo avanzar y como resultado, la humanidad se enriqueció y se asentó. Pero en el siglo XX y sobre todo a partir del siglo XXI, nos quedó claro que el ego ya no nos permitirá desarrollarnos bien, nos llevará a la destrucción porque no nos permitirá unirnos ni planear nuestra vida para que todos tengan algo.

A pesar de los enormes recursos, de las inmensas oportunidades científicas, técnicas, productivas y económicas, no nos preparamos en absoluto, para satisfacer ni siquiera a nuestra propia población dentro del país ni pensamos en hacer para que la gente se sienta más o menos cómoda en la vida.

Al contrario, mientras más avanzamos, más claro vemos que el ego nos desfigura, arregla todo para que suframos. Porque no queremos conectarnos, no queremos tener buenas relaciones ni estar en estados cómodos.

Es decir, hemos logramos lo que la ciencia de la Cabalá llama, entender el mal de nuestra naturaleza. Y ahora tenemos que llegar a una conclusión, que tampoco es muy fácil de entender, decir y comprender: definitivamente debemos corregirnos a nosotros mismos—a nosotros mismos, no algunos partidos ni tendencias, no algo privado en nuestra sociedad o en nuestras relaciones, por ejemplo, los niños, la familia, la élite, etc.

Necesitamos corregir nuestra naturaleza, es decir, ¡lo que recibimos! No lo que creamos en el proceso de la evolución, sino lo que recibimos de la naturaleza.
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De Kabtv «Fundamentos de Cabalá» 3/ene/19

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