Dar satisfacción al Creador

Cuando tenemos pensamientos, problemas y perturbaciones, debemos comprobar inmediatamente que nos ayudan a determinar que «No hay nada más que Él». La perturbación y la situación en sí, no es importante, lo que importa es si me aleja del principio «No hay nada más que Él» y que, con el trabajo apropiado, puedo volver a este principio y declarar que sólo existe una fuerza.

Es decir, debemos ver toda nuestra vida a través de un parámetro: si nos conecta con la singularidad del Creador o cómo podemos superarla y a través de ella, dirigirnos a «No hay nada más que Él». Así percibiremos nuestra vida como una invitación a revelar la fuerza única del Creador en todas sus formas.

No ponemos atención a las impresiones en nuestra mente y sentimientos ni a los problemas que recibimos; más bien, nos elevamos por encima de ellos en fe por encima de la razón y lo atribuimos todo al Creador, quien lo envía sólo para ayudarnos a adherirnos a Él por encima de toda perturbación. Así, justificamos al Creador, justificamos la creación y nos elevamos al grado de Tzadik (justo) .1

La fuerza única del Creador sólo se puede encontrar en el centro de la decena. Es decir, estoy en el sistema del alma única, quiero conectarme a su verdadera fuente y no a mis fantasías. Si imagino al Creador fuera de la decena, es una ilusión. No entenderé lo que me está pasando.

Cuando me aferro al centro de la decena, es obvio que cualquier incidente y problema se debe a que salí de la conexión con el grupo. No hay otra razón para los problemas aparte de perder la atención y dejar el centro de la decena. Si sucede, de inmediato descubro algún tipo de problema que intenta hacer que vuelva al centro de la decena.

Me imagino a mí mismo como parte del sistema del alma común y solo dentro de él puedo encontrar y relacionarme con el Creador. Sólo así puedo conectarme con el Creador porque no tengo ninguna posibilidad de aferrarme directamente a la fuente de Luz.

Todo lo que me sucede es resultado de mi existencia en el centro de la decena. Al alejarme de ese centro, inmediatamente siento muchos problemas. Eso me indica que necesito volver al centro de la decena, a «No hay nada más que el Creador», hasta el punto en que el alma común está en adhesión con la Luz. Esta es mi alma y mi Luz y cada vez me instalo en el verdadero trabajo con los amigos.

Si estoy solo, separado de la decena y creo que todo es enviado por el Creador, es como todos los demás que también pueden decir eso. Cualquier persona en el mundo está de acuerdo en que todo viene de la fuerza superior. Pero ¿qué sigue? ¿cómo podemos influir? Podemos filosofar al respecto, pero ¿dónde están las herramientas para mi trabajo? ¿cómo puedo garantizar un buen estado de ánimo y un buen futuro para mí? ¿cómo puedo salvarme y ayudar a los demás? Todo es posible sólo a través de la decena.2

Todo lo que sucede en la vida corporal y espiritual, en la familia y en el trabajo, debe percibirse como ayuda que me devuelve al centro de la decena, al punto de contacto y adhesión con la fuerza superior: “Israel, la Torá y el Creador son uno». Así existiré en esta adhesión las 24 horas del día.3

El Creador es la fuerza que se revela en el centro de la decena ideal, donde todos se conectan «como un hombre con un corazón». Todos existimos en igualdad y nos anulamos unos a otros y consideramos a nuestros amigos como los más grandes. Así, construimos la imagen del Creador. Si conectamos correctamente todos nuestros deseos y armamos todo este rompecabezas, la forma, la imagen que se nos dará será el Creador. El Creador (Bore) es la forma de nuestra conexión correcta, «Ven y ve» (Bo-Re). No hay nada más que esto porque nosotros no alcanzamos la Luz misma.

Si hacemos el esfuerzo correcto, nos unimos en la forma llamada «Creador» Lo alcanzaremos dentro de nosotros mismos. Por lo tanto, no hay otro lugar donde buscar al Creador, excepto en el centro de la decena, como está escrito: «Yo habito entre mi propia gente». El centro de la decena es este punto donde hay equilibrio, igualdad y unidad entre nosotros. Esta fórmula de nuestra conexión común, igualdad y apoyo mutuo, es la que determina la imagen del Creador, nuestra conexión ideal.

En el momento en que alcanzamos esa revelación, inmediatamente la perdemos de nuevo para poder trabajar otra vez y alcanzar esa revelación, pero en un grado más alto, con mayor resolución.4

De la 1a parte de la lección diaria de Cabalá 28/ene/19, “Dar satisfacción al Creador” (preparación para el congreso 2019 en Arava)
1 minuto 14:40
2 minuto 29:15
3 minuto 33:25
4 minuto 59:44

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