Pregunta: ¿Cómo podemos volvernos similares al Creador si algunas veces pensamos que Sus acciones son equivocadas?
Respuesta: ¡No algunas veces, sino constantemente! ¿Qué bien hay en este mundo? Incluso los más malvados villanos no pueden soportar lo que está sucediendo en este mundo. Y aun así, este mundo es creado por Él.
La realidad es que consideramos este mundo como 100% opuesto al Creador ¿Por qué? Es porque somos opuestos a Él. El Creador brilla dentro de nosotros y su Luz es bondad absoluta. Pero cuando la Luz cae en nuestra «película sensible a la luz«, hace un negativo que es opuesto al original. Entonces, mientras más Luz recibimos, más grande se vuelve la oscuridad, y viceversa. Así es como vemos el mundo.
La Luz traza varias formas en la pantalla de nuestro deseo de recibir, y todas ellas son trazadas en el negativo. Son opuestas a la Luz. Así es como el mundo es delineado dentro de nosotros.
¿Cómo podemos lograr la similitud con el Creador? ¿Cómo a partir de nuestra oposición podemos verlo a Él y no un trazado imaginario? Para eso, tenemos que transformar el «marco» e invertir su rango de contraste. Y si lo hacemos, con el primer «encuadre» alcanzamos el primer grado espiritual. Entonces, trabajaremos con el segundo, el tercero, y todos los «encuadres» subsecuentes.
Entonces, toda la Torá tiene una correlación con la persona y vive dentro de ella. Cada persona es un pequeño mundo.
De esta manera, todo tiene que ver con la «tecnología»: cómo trabajar internamente a manera de transformar la oscuridad imaginaria en luz y la luz imaginaria en oscuridad. Para esto, yo necesito convertir mis propiedades en su opuesto: transformar negativo en positivo. Esta transición interna es la Torá, la Luz que Reforma. Esto es lo que necesito.
Yo siento al Creador dentro de mí. Incluso ahora lo percibo a Él en los niveles inanimado, vegetativo, y animado de la naturaleza y en las personas. Todo a mi alrededor es el Creador quien se «traslada» para mí y se copia a Sí mismo dentro de mí. Sólo tengo que decodificar esta imagen.
Yo no trabajo con el mundo, con los amigos, o con el Creador, sino conmigo mismo, dentro de mí mismo. Al hacerlo, se me permite usar formas, aparentemente externas, a manera de decodificar la imagen original.
(99507 – De la 4º parte de la lección diaria de Cabalá del 1/31/13, «Un discurso sobre la conclusión del Zóhar»)
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