El enfoque más materialista

El Zohar no habla de la muerte física. Habla sobre el deseo de recibir placer, que se corrige y llega a semejanza con el Creador. Una persona normal aún no ha alcanzado a esto.

Cuando una persona trabaja en el mundo espiritual, que tiene las líneas de izquierda y derecha (los dos «ángeles»), entre los cuales él construye la línea media. Mi ego, el Faraón, se encuentra en el lado izquierdo, y el Creador, la Luz, en el lado derecho.

Creo mi vasija espiritual (Kli) con una pantalla en la medida de mi habilidad para transferir este deseo de recibir placer a la línea media y atraer la Luz de la línea derecha, la intención, hacia ella.

La pantalla es la intención de otorgar, mientras que la vasija es el deseo dentro de ella. De esta manera, me construyo con estas dos fuerzas, y yo soy la tercera. Entonces, comienzo a existir en una realidad espiritual. Una vez que han construido esta «tercera», el deseo con la intención, significa que he adquirido un alma.

Sin embargo, si no la construyo a partir de estas dos fuerzas, entonces no tengo nada a excepción de un punto en el que no siento nada. Esto es solo un deseo minúsculo que no depende de mí en absoluto, «un deseo de la nada» (Mi Ain).

Está escrito en El Zohar que necesitas matar tu deseo egoísta. Atraes la Luz hacia él, lo matas, y lo llevas a la intención de otorgar. Este serás tú, un tú viviente.

Todo esto puede ser hecho con la ayuda de un entorno adecuado que se llama «la Sociedad de Santa » (Hevra Kedusha) porque te ayuda a sepultar a tu egoísmo. De esta manera, recibes un alma eterna, una parte que es similar a la del Creador.

Tú lo haces por ti mismo, y si no, no tienes un alma. Existes por debajo de la línea de la vida, en este mundo, donde no tienes más que un cuerpo animado, materia (Jomer, sustancia, es consonante a Jamor, burro). Esta es la aproximación más «materialista».

(27679 – De la parte 4 de la lección diaria de Cabalá del 11/25/10, «Cuerpo y Alma»)

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