El mundo de un animal y el mundo del hombre

laitman_2009-07_0229El Rabí Akiva ha dicho: ”¡Ama a tu prójimo como a ti mismo; esta es la gran regla de la Torá!”.

¿Por qué el amor hacia el prójimo es la gran regla, la base, lo que nos divide claramente en dos partes: la animal y la humana?

Si me quiero a mi mismo, soy un animal. Si quiero al prójimo, soy un hombre. Si soy un animal, siento sólo esta vida material, y en la medida de que empiezo a amar a los demás empiezo a percibir al Creador, al Mundo Espiritual.

¿Dónde siento lo espiritual? Dentro de esta misma fuerza del amor que se llama mi vasija espiritual, el Kli.

Ahora mi vasija es el amor egoísta, el deseo de amar a uno mismo, en el cual hoy estoy sintiendo este mundo. En una realidad egoísta descubro lo que es bueno o malo para mí.

El mundo, la multitud de sus matices, estoy descubriéndolo sólo respecto a mi mismo. Todos sus colores y sonidos dependen de si son benéficos o no para mí. Tengo miedo a unas cosas, quiero otras, a uno lo rechazo y al otro lo atraigo.

Cualquier influencia se descubre en mis sensores como acción respecto a mi amor propio. ¡Por eso todo lo que no se relaciona con eso yo no veo, no descubro su existencia!

¡Ante mí está el completo infinito pero no lo siento! Respecto a mí este infinito es como si no existiera, porque no me causa ni bien ni mal.

El amor egoísta determina el volumen del universo que siento. De todo el mundo del Infinito, yo siento sólo una minúscula esfera: mi mundo.

Cuando comience a salir de mi mismo, de mi anterior deseo, sintiendo lo que es bueno para los demás (o sea para el prójimo), esto se llamará el Mundo Superior, el Mundo Espiritual. Y entonces descubriré un Universo totalmente distinto.

Incluso si ahora, en el plano material, me desconecto de los pensamientos de mi mismo y comienzo a pensar en mi compañero, este mundo será totalmente diferente. Porque él tiene distintos problemas y relaciones.

Por eso cuando descubro lo que es importante para el otro, respecto a mí esto se va a llamar el Mundo Superior, espiritual.

Para él seguirá siendo el mismo mundo material, egoísta. Pero cuando desee entrar en la misma realidad y descubrir su mundo desde su interior, éste se convertirá para mí en espiritual.

Este ejercicio me permite salir fuera de mi mismo y percibir al Creador. Precisamente a Él lo voy a percibir en ti. Como se ha dicho: “El Creador se encuentra dentro de su pueblo”.

(Extracto de la lección según el artículo Matan Torá (La entrega de la Torá) de Baal HaSulam, correspondiente al 26 de abril 2010).

Material relacionado:

De la lección al artículo de Baal HaSulam «La Entrega de la Torá, 26.04.2010
Nuestro mundo es un mini modelo inverso del Mundo del Infinito

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