El mundo donde lo opuesto es verdad

Existo dentro de mi deseo, es decir, sensaciones y mente, mente y corazón. En su interior vivo y siento la realidad llamada “este mundo” y ahí está el universo, las galaxias, los planetas, las estrellas, el globo y la humanidad. 

Paro aparte de eso, tengo que imaginar que existe una frontera de esta sensación, seguida por otra percepción, no en relación a la fuerza egoísta donde acerco todo a mí mismo, sino en relación al otorgamiento, en el que empujo todo fuera de mí mismo. 

Este es el mundo al revés en el cual todo es lo opuesto: en lugar de odio-amor, en lugar de recibir-dar, en lugar de atracción-repulsión. Vivimos en ese otro mundo, no para buscar nuestro bien, sino para hacer el bien a otros y para eso trabajamos. 

Es como si fuera a ir al espacio en un traje espacial. Lo que está dentro del traje es mi propio pequeño mundo. Fuera está un mundo muy diferente que no conozco. No se me permite estar ahí en la forma egoísta que tengo ahora. 

Pero si puedo ajustar mis sentidos y mente a las condiciones de ese mundo, puedo vivir ahí. Es lo que necesitamos hacer: cambiar el uso de nuestro corazón y mente de egoísta hacia el beneficio de otros. Y al hacerlo, neutralizo mi “yo” y ya no necesito un traje especial, no necesito protegerme. 

Pues, si no actúo en mi propio beneficio, sino sólo en beneficio de otros, no necesito aislarme. Ellos no pueden dañarme; al contrario, puedo usar todo lo que está fuera de este traje para beneficio de todos. 

Debemos intentar imaginar esta diferencia entre estar “dentro de la razón”, es decir, nuestra mente y corazón egoístas presentes y “por encima de la razón”, en otorgamiento. De esta manera, gradualmente comenzaremos a acercarnos a la frontera entre “dentro de la razón” y “por encima de la razón”, la transición desde el mundo material al mundo espiritual.
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De la 1a parte de la lección diaria de Cabalá 25/nov/20, “El trabajo con fe por encima de la razón”

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