El renacimiento del nivel espiritual

La Torá, Números 20:27–29: Moisés hizo como el Señor le ordenó. Ellos ascendieron al Monte Hor en la presencia de toda la congregación. Luego Moisés desvistió a Aarón de sus vestiduras y vistió con estas a Eleazar su hijo, y Aarón murió allí en la cima de la montaña. (Luego) Moisés y Eleazar descendieron de la montaña. Toda la congregación vio que Aarón había muerto y, toda la casa de Israel lloró por Aarón por treinta días.

Sobre la muerte que se habla en la Torá – las muertes de Aarón, Miriam, Moisés u otras almas que alcanzan al Creador y que son la base del sistema general del alma del hombre – significa un ascenso, no el fallecimiento del cuerpo. El cuerpo es el nivel corpóreo de la persona y entonces no hay hada de que lamentarse.

En el mundo espiritual, si el sistema llamado Aarón ha completado su rol, Aarón muere porque ya no necesita corregirse más; está corregido completamente para juntarse al sistema común del alma de Adam. Esto es llamado muerte.

Lo que consideramos en nuestro mundo como un evento trágico, es una gran alegría en el mundo espiritual. Está escrito que ¨los justos en su muerte son llamados vivientes¨.

Pregunta: Pero, dice aquí que: ¨toda la casa de Israel lloró por Aarón por treinta días¨.

Respuesta: Ellos lloraron porque ya no estaba más con ellos pero, fue incorporado en el estado general, entonces ellos ya no podían contar con él específicamente. Ellos están privados del apoyo y comunicación visibles, físicos, pero por supuesto, todo el sistema llamado Aarón permanece. Es un enorme subsistema de liderazgo en el alma general del hombre pero, no el mismo nivel en el que está el pueblo. Esta es la razón por la que lloraron por él pero, por un tiempo limitado.

Nosotros lamentamos la muerte por siete días luego, en el servicio memorial después de treinta días y luego una vez al año, no más que eso. Existen días especiales para visitar el cementerio: siete días después del funeral y luego después de los treinta días y luego una vez al año en el día que la persona falleció. La razón es que la muerte es el renacimiento del nivel espiritual que está totalmente despojado del cuerpo que es enterrado. Baal HaSulam solía decir que a él no le preocupaba del todo dónde enterraran su saco de huesos.

En tiempos antiguos hace 2500 a 3000 años, antes del exilio de la tierra de Israel, el difunto era puesto en una cueva y cubierto con un muro por un año. En un año, se abrían las cuevas y todo lo que quedaba de los cuerpos deteriorados se recogía en una vasija, se sellaba y se ponía en una cueva común. La tradición de enterrar cuerpos muertos en el suelo apareció más tarde.

Hoy en día, conocemos los lugares de muchos entierros en varias regiones como Siria, Iraq, Irán, etc., ya que la tierra de Israel era más extensa en esos tiempos. Por ejemplo, Moisés y Aarón fueron enterrados al otro lado del río Jordán.

Muchas de las tumbas de los antiguos cabalistas que vivieron hace más de 2000 años, antes de la destrucción del Templo, están localizadas en Galilea. El ARÍ, el cabalista más grande del siglo XVI, los registraba. Es así como fueron descubiertos.

El ARÍ caminó los campos entre Safed y el Monte Merón donde Rabí Shimon fue enterrado y señaló las tumbas de los sabios. Luego, fueron puestas las lápidas en las tumbas con los nombres de los cabalistas

El ARÍ sentía quién y dónde fue enterrado cada uno porque la raíz y la rama están enlazadas. Aunque el cuerpo no es una parte espiritual del ser humano, este todavía se relaciona de alguna manera con el componente espiritual y sufre junto con él. Entonces el ARÍ era capaz de encontrar precisamente la conexión y localizar los lugares de entierro. Desde entonces en Galilea se pueden ver monumentos a los grandes cabalistas.
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De Kabtv ¨Secretos del Libro Eterno¨ 1/jul/15

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