El tópico clave: la disposición para cambiar

El Zohar, introducción, artículo «La cerradura y la llave», ítem 44: Dentro de esas puertas hay una tranca y un lugar angosto, en el cual insertar la llave.

En primer lugar tenemos que encontrar la llave y la cerradura. ¿Qué son? ¿Dónde están? ¿Y cómo podemos hacer que coincidan uno con el otro? Insertar la «llave en la cerradura» significa establecer una conexión entre opuestos por alcanzar la equivalencia de forma.

Y finalmente, ¿cómo podemos abrir la cerradura? ¿Cómo girar la llave en ella? ¿Debemos «girarnos» a nosotros mismos en el superior para llegar a ser semejantes a Él? ¿O esto no es ninguno de nuestros propios actos, sino sólo el Suyo? ¿Debemos evocarlos o iniciarlos?

Estas son las preguntas que una persona discierne todo el tiempo. La llave representa un mecanismo de protección que nos adapta al sistema del mundo de Atzilut, a Arij Anpin.

Él se divide en dos partes: superior e inferior. La parte superior está oculta, mientras que la parte inferior se vuelve revelada para los inferiores. No tenemos una conexión directa con Él y por lo tanto nos volvemos a Bina, que vino del exterior, convirtiéndose en un conductor del gobierno superior.

El Zohar tiene mucho que decir acerca de esto porque tenemos que despertar las Luces sobre nosotros para que proyecte dentro de nosotros el mecanismo que corresponde a la parte inferior de Arij Anpin. Nuestra tarea es dar al superior una oportunidad, una y otra vez, para que trabaje en nosotros y nos de las formas que son cada vez más perfectas. Al final debemos asumir las leyes del sistema que está conectado con nosotros, disminuirnos ante ella, y ser semejantes a ella.

(30371 – De la 1º parte de la lección diaria de Cabalá del 12/21/10, El Zohar)

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