El virus de la disociación

El problema del coronavirus no está limitado a un país porque vivimos en la última generación, en la que el Creador despliega la misma actitud hacia toda la humanidad, sin excepción, en todos los niveles, en todos los grados, en todos los estados. 

Incluso en una pequeña isla perdida en el océano pacífico, el coronavirus de pronto aparece. Preguntaríamos ¿Cómo se las arregló para llegar ahí si la gente está aislada del resto del mundo? Sin embargo, el virus llegó ahí también. 

Doctores e investigadores comenzando a decir que el virus está en el aire, es decir ¿el virus se extiende a miles de kilómetros en todas direcciones? Aparece simplemente de la naturaleza, desde su interior. 

No estamos conectados en un momento en el que ya estábamos obligados a unirnos, dada esa falta de conexión entre la naturaleza inanimada, vegetal y animal, el coronavirus aparece. Aún estamos por descubrir sus manifestaciones en plantas, animales e incluso en la materia inanimada. 

Antes que nada, encontraremos que el virus llegó a las partes más remotas del globo, sin ningún factor humano e incluso afectó a animales y plantas ¿de dónde viene? De la falta de conexión que debe existir entre todas las partes de la realidad ¡La gente es la responsable! Por lo tanto, debemos estudiarlo y pensar en ello. 

Todo lo que se requiere de nosotros es que entendamos lo que es garantía mutua, que sintamos que estamos en la última generación. Aparte de esto, nada más es necesario. Si entendemos que somos dependientes unos de otros y que nos cocinamos en la misma olla, será suficiente para, gradualmente, salir de la crisis. Veremos la cura. 

Con ayuda de la garantía mutua, podemos salvarnos del coronavirus. Todo depende de nuestra conexión correcta. El coronavirus es consecuencia de nuestra falta de unidad. Sólo por eso, se manifiesta. 

Todos los problemas y todos los virus aparecen porque no hay correspondencia entre las partes de la naturaleza, por eso no pueden conectarse, empezando del nivel de átomos, moléculas, hasta partículas más grandes y complejas. Las partes de la naturaleza no pueden unirse en un solo sistema y surgen problemas -como un tumor canceroso, una formación maligna que carece de las conexiones correctas con los tejidos. 

Por lo tanto, la pelea contra el coronavirus sólo puede ser en el nivel humano, pensar bien de los demás. Pues con nuestra unidad, atraeremos la fuerza buena que lo une todo. Este poder es más elevado y fuerte que nuestra adversidad y nos sanará. 

Nuestra asociación es una cura para todos los problemas, físicos y mentales, personales y sociales. Cuando se transmite por todos los estratos de conexión entre gente, animales, plantas y naturaleza inanimada, el mundo entero se vuelve uno y conectado con una sola fuerza, en garantía mutua.
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De la lección diaria de Cabalá 24/sep/20, “Trabajo en fe por encima de la razón” 24/sep/20

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